Cuando el INEGI publicó recientemente que México envejece; me hizo reflexionar sobre los procesos de retiro que enfrenta la burocracia en los tres niveles de gobierno. Cada día somos más adultos que jóvenes en general; pero en el ámbito de la seguridad y la justicia es más complejo que decir dejó la charola y el arma por jubilación en el mejor de los escenarios.
Los procesos de reclutamiento en el ámbito de seguridad y justicia, son largos y arduos, el sistema está compuesto por Policías, Agentes del Ministerio Público, Peritos, Jueces y Custodios de las cárceles, por citarlo en general y todos a excepción de los miembros del poder judicial son excluidos de pasar por un proceso de control de evaluación de confianza y hace poco el Consejo de la Judicatura dio cuenta de corrupción al más alto nivel.
La permanencia en el trabajo dentro del sistema jurídico penal mexicano, es en dos sentidos el primero cumplir con el trabajo a cabalidad, y el segundo mantener la certificación de confianza por los centros de evaluación con una periodicidad de tres años, con independencia de los exámenes de ascenso. Eso es correcto y congruente; sin embargo no es completo ya que no se certifican las competencias y capacidades del personal en el ámbito de sus funciones. Lo cual a diferencia de muchos países crea procesos de reciclaje constante y de servicio civil de carrera.
El contar con un servicio civil de carrera sólido en temas tan técnicos hace que la corrupción sea mínima, casi nula, y que los cambios políticos no cambien la ruta o líneas institucionales. El problema es no tenerlo y no crearlo desde ya.
Si el país en vías de envejecimiento y sin formación de cuadros profesionales e institucionales, no tiene mucho margen de maniobra para combatir la inseguridad y la impunidad; aunado a este fenómeno, es la reducción del número de burócratas y los procesos de conclusión de sus servicios. Me preocupa, que tengan eco en el personal que se ha abocado a cumplir con la ley, y que sale con conocimientos y capacidades las convocatorias que se hacen en redes sociales por los grupos delictivos organizados que operan en Tamaulipas y Jalisco, por citar algunos ejemplos. Abiertamente refieren “sí fuiste dado de baja de la PF, no dudes en venir a trabaje con nosotros, tú experiencia es útil para nosotros, aquí la pagamos”.
Considero que con la reconfiguración institucional de la Fiscalía General de la República (FGR) y de la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana, debemos de analizar los procesos de salida y seguimiento del personal, pueden existir facetas que permitan el reciclaje y seguimiento del personal en academias, formación y adiestramiento de cuadros con la experiencia del personal. Quizá valga la pena probar el modelo que difundió una película “The intern” conocida en México como “Pasante de Moda”. Cuadros jóvenes de trabajo se nutren de la experiencia de los retirados.
Los únicos que lo tiene claro en México y en el mundo, que no puede estar por la calle sin atención a sus conocimientos y experiencia personal en retiro; son las fuerzas armadas, sin embargo, no he logrado deslumbrar en ningún nivel y ámbito del sistema de seguridad y justicia la estrategia que vincule lo referid. Estas son cosas de forma que hacen fondo.