Los regalos son muy importantes para mamá, pero qué mejor que consentirla con un desayuno alusivo al siglo XIX en el sur de Estados Unidos.
Debes tener champaña o vino espumoso para abrir boca con una rica mimosa.
En una copa flauta agrega 2/3 de espumoso y 1/3 de jugo fresco de naranja. No tiene mucha ciencia hacerlo, aunque es clave para un día especial.
También debes contar con tés o infusiones, café americano y si puedes capuchino, jugos naturales y botella con agua.
La variedad de pan dulce y salado debe ser de granos, cereales, tostados o blancos, por lo que los croissant y bagel no deben faltar.
Un platón con frutas como la sandía, papaya, fresas y uvas deben estar en la mesa, ya sea que las prepares en copas o en trozo, cuida su presentación para que se vean apetitosas e inviten a degustarlas.
La preparación de los huevos es parte fundamental del brunch, ya sean fritos, revueltos, en omelette y si eres más sofisticado, elabora los benedictinos. Depende de ti qué tan sencillo o complejo quieres tu evento.
Para acompañar los huevos es buena idea elaborar una ensalada verde, espárragos o verduras cocidas o al horno son ideales para este tipo de encuentro.
Integra una buena tabla de quesos curados, semicurados y de cabra, además de embutidos como jamón serrano, salami y aceitunas para iniciar o cerrar el brunch y abrir una gran charla. Es una oportunidad para que tomen un día relajado y degustando con un gran brunch casero.
Si aún no te decides por un regalo, consiente a mamá con una comida especial