En la época de la negociación y entrada en vigor del Tratado de Libre Comercio original, por decreto presidencial fue creada la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (DDHH), el 6 de junio de 1990, formaba parte de la Secretaría de Gobernación. No es sino, hasta el 28 de enero de 1992, que se reforma su concepción como un órgano constitucional autónomo, no es casualidad, incursionar en el comercio internacional obliga a tener un sistema legal robusto y los DDHH son la base.
La misión de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos de forma prioritaria es promover y proteger los Derechos Humanos (DDHH) en México, sobre todo de vigilar que las autoridades no cometan abusos.
Lo cierto es que, con todo y que el Estado mexicano, ha reconocido los DDHH desde la tercer asamblea general de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) desde 1948 y ha suscrito diversos tratados y convenios internacionales en la materia; es hasta el 10 de junio de 2011, que se reflejó en la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, su implementación en el artículo 1 de la misma, el reconocimiento sistemático y progresivo de los DDHH.
El sistema de DDHH implica, que todas las autoridades, servidores públicos y en general todos los integrantes del Estado Mexicano, que incluye a su población debemos de: promover, respetar, garantizar y defender los DDHH de todas las personas.
La perspectiva de DDHH es que todo se interprete de forma universal y que favorezca a la persona por el simple hecho de ser persona, a ello se le conoce, como “principio pro persona”.
México somos todos, entonces la cuarta transformación (4T), debe analizar cómo se interpreta, aplica y ejecuta la universalidad, interdependencia, indivisibilidad y progresividad de los DDHH, para los mexicanos, inclusive a las personas que tienen por función aplicar y hacer cumplir la ley.
Las fuerzas del orden de seguridad y justicia constantemente son señaladas como los agentes del Estado que más violaciones a los DDHH comenten; sin embargo, esto no es correcto. Existen más violaciones de los DDHH por instituciones de Salud como lo es el Instituto Mexicano del Seguro Social.
Lo anterior, no abona a que la sociedad tenga un alto estándar de cumplimiento de DDHH, sí estos son universales, ello quiere decir, que lo mismo aplica para ciudadanos noruegos, mexicanos y kenianos; sin embargo, el nivel socio-económico, político y cultural son muy disímbolos y por ello tenemos que hacer una revisión de cómo México, tiene que elevar su nivel de cultura de la legalidad que es la base de un sistema de DDHH real e integral.
En el circuito internacional de los DDHH, México es al sistema interamericano como lo es Rusia al europeo, es decir, de los países que sistemáticamente tienen señalamientos de incumplimiento con los tratados multilaterales en materia de DDHH.
En breve, será publicada la Reforma constitucional en materia de Seguridad más ambiciosa de Seguridad, con la que se da paso a la creación de la Guardia Nacional (GN), ello en razón a que las 32 legislaturas locales, han dado el aval para su creación y únicamente falta que el presidente Andrés Manuel López Obrador, publique el decreto de creación.
Con la incursión de la GN, en labores de seguridad, investigación, etc. Debemos de revisar por un lado el cumplimiento de los estándares internacionales de DDHH por parte de sus integrantes y para ello se contará con dos herramientas básicas:
- Ley de Uso de la Fuerza y;
- Ley del Registro de Detenciones.
Ambas leyes deberán de expedirse dentro de los 90 días naturales siguientes a la entrada en vigor del decreto de la GN.
Entonces, los protocolos de actuación deberán de revisarse, ya que hasta ahora, con los que se cuenta, han demostrado un gran desfase entre lo que se debe hacer, lo que se hace, entre los supuestos para los cuales se diseñaron y lo que en realidad se enfrenta.
Ejemplos de lo anterior, es que, los protocolos de actuación, están diseñados para un sociedad que tuviera estándares de cumplimiento y respeto por la ley y la autoridad como si fuera sueca y no estuviera armada o manipulada en algunos lugares por la delincuencia organizada. Y lamentablemente, con lo que se enfrentan las autoridades es con una sociedad muy distinta a la antes descrita, resulta lamentable pero es cierto. El tejido social esta tan descompuesto, que tenemos lugares en donde, la población está coludidas con la delincuencia organizada, que se presta para ocultar armas, mercancía robada, que pone a mujeres y niños por delante cuando se realizan los operativos, entre muchas cosas que implican la demostración de una nula cultura de la legalidad.
Entonces, la 4T tendrá que hacer un análisis de los protocolos institucionales, de las estructuras con las que darán atención, capacitación, seguimiento, promoción y cumplimiento a todos los compromisos adquiridos en materia de DDHH a través de los convenios multilaterales y con la ejecución del artículo 1 de la Carta Magna. Por un lado la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana, deberá estructurar un área específica importante que atienda el tema por la incursión de la GN, seguramente su reglamento, y la Ley Orgánica de la GN deberá contemplar estos componentes.
Por otro lado, es indispensable que la CNDH y todas las Comisiones homólogas de las Entidades Federativas, deberán modernizarse, de lo contrario la fuerza de sus recomendaciones y asociación con las Organizaciones de la Sociedad Civil (OSC), se verán debilitadas, sino contribuyen a que la sociedad mexicana cumpla con la ley y respete a la autoridad, es decir, incida de forma contundente en la cultura de la legalidad. Hacer señalamientos como hasta ahora, de deficiencias institucionales sin este contrapeso, será parte del problema y no de la solución.
Actualmente, debemos de reconocer, que tenemos un tejido social descompuesto, sin valores y respeto a la otroriedad, buscar que los Derechos Humanos sean protegidos por los Humanos Derechos, deben ser cosas de forma que hacen fondo.