4T: El reto operativo para policías y Guardia Nacional

19 de Abril de 2024

Laura Borbolla
Laura Borbolla

4T: El reto operativo para policías y Guardia Nacional

Seguramente, todos tenemos un ritual, pondré el ejemplo más común, quizá el orden tenga alguna variante; pero digamos que la idea es que: todos los días, te despiertas, te bañas, te vistes, tiendes la cama, desayunes, vas a la escuela o el trabajo, etc. Y a su vez, cada actividad tendrá su propio proceso, los seres humanos somos animales de costumbres y hábitos (buenos y malos). Un policía o Guardia Nacional, no es, ni será la excepción; cada uno en lo individual tiene su rutina, para uniformarse y para trabajar, el reto de la operación del Nuevo Sistema Penal Acusatorio es que el ritual del trabajo no falle, sea pulcro, preciso e incontrovertible, siempre. Fácil de decir, difícil de cumplir. El secreto está en cuatro competencias o transformaciones personales e institucionales; las competencias humanas son las capacidades de saber, conocer y ejecutar alguna actividad. Si los policías y guardias nacionales conocen el proceso y los procedimientos penales, los parámetros de medición en tiempo de ejecución y por último las herramientas que se han diseñado para su mejor desempeño tendremos resultados muy distintos a los actuales. ¿Qué competencias tenemos que conocer, ejecutar y evaluar en un buen policía o Guardia Nacional? 1. Conocer el equipo (el uniforme, el armamento, la identificación del personal “la charola” (el grado, la corporación, municipal, estatal y federal) y lo más importante, cubre bocas y guantes, guantes y más guantes de látex; por básico que parezca en el detalle, está el diablo y por un mal manejo de personas, lugares y cosas las investigaciones terminan en un gran fracaso, con sentencias absolutorias o autos de libertad por falta de elementos para procesar; lo que se traduce en responsabilidades administrativas y/o penales para los policías; 2. Actuación como autoridad (mínimos y máximos de uso de la fuerza; atribuciones legales, ámbitos de competencia municipal, local y federal; funciones, procedimientos sistemáticos de operar [P.S.O.] y protocolos de actuación, etc.). Por acción u omisión se pone en riesgo cada integrante de una corporación; entonces de ser autoridad, se cambia al banquillo de los acusados; 3. Derechos Humanos e implicaciones de la aplicación de los estándares internacionales de actuación. El nuevo sistema de justicia penal, entrelaza herramientas de trabajo como lo son el protocolo de primer respondiente (el primer uniformado que conoce de una transgresión al orden ya sea administrativo o penal), el cual plasma su intervención, en el Informe Policial Homologado (IPH); pero sí el asunto es de carácter criminal y existen elementos que pudieran ser considerados indicios o prueba, se deben de procesar con una cadena de custodia, que no es otra cosa que: el registro de los mismos y de quien tuvo contacto con ellos y el motivo por el cual tuvo contacto. Todo esto nos lleva, al último estándar de competencia con el que, se concluye el ritual de la operación policial y de la Guardia Nacional; 4. El “debido proceso” que implica que las actuaciones de todos en lo individual y en lo institucional, sean acordes con lo que mandata la ley en todas sus modalidades (reglamentos, acuerdos, circulares, instrumentos internacionales, etc.) esto impacta desde el tomar de forma adecuada un reporte en el 911, dar atención al mismo, identificarse en el lugar de los hechos como autoridad, analizar el lugar de los hechos, tomar conocimiento del dicho de las personas, hacer o no uso de las herramientas de trabajo (armas, esposas, bastón táctico, etc.), hacer una detención con respeto a los derechos del detenido, hacer la puesta a disposición, llenar los formatos correctamente, tanto del IPH, como de la cadena de custodia, etc. Por eso es necesario que siempre, siempre, siempre, se usen guantes, guantes, guantes. (Esa es la lección 1 del FBI y otras corporaciones con prestigio en las investigaciones) El reto, además de listar toda la rutina, es operarla, sí a diario, cada día mejor, como cuando nos enseñaron de pequeños a vestirnos, a amarrar las agujetas de los tenis, los policías y futuros guardias nacionales de ahora en adelante, deberán incluir los guantes, (es simbólico y práctico). Decir que traigo los guantes, es decir que estoy listo para investigar, para trabajar, al hacer el pase de lista de todo el equipo, deben de diario, practicar y perfeccionar sus competencias. Los IPH y las cadenas de custodia, se van a dominar en la medida en que, los practiquen a diario, contra reloj, en cada evento al que acudan como autoridad y si no tienen alguna eventualidad, (lo cual es casi imposible según las estadísticas) deberán hacerlo como un ejercicio de formación personal a nivel de simulacro. La condición física se adquiere y se mejora en la medida que se hace ejercicio, cada día, y la técnica en la disciplina deportiva, se perfecciona con la práctica y el paso del tiempo. El tener siempre guantes de látex, es hacer conciencia de todas las implicaciones que tiene el ejercicio policial y de la Guardia Nacional en el día a día; para que la perfección, tenga como resultado, más y mejores investigaciones con sentencias condenatorias. Si en el ritual del día a día, todos asumimos hacer lo que se tiene que hacer y hacerlo bien, porque así debe de ser; la satisfacción al final de la jornada es “el deber cumplido” y eso es intangible de momento, pero es de largo aliento, México, necesita cambiar la actuación policial y medirse en competencias profesionales. Combatir la corrupción e impunidad, es quizás de guantes de látex y conciencia de la función personal e institucional. Esas son cuestiones de forma que hacen fondo.