Los últimos seis meses lo había negado, pero hoy lo aceptó. El presidente Andrés Manuel López Obrador reconoció que existía nerviosismo por parte de inversionistas extranjeros por que no se veía claro el futuro del tratado comercial entre México, Estados Unidos y Canadá.
Desde el pasado 19 de junio, que el Senado de México aprobó el T-MEC, el mandatario aseguraba que la inversión extranjera directa seguía en crecimiento, y que la economía crecía, cuando las previsiones decían lo contrario.
Incluso, ante este escenario, el Gobierno de México acordó y dio a conocer un plan de infraestructura con el sector privado. Son 147 proyectos en los que se tendrá una inversión de 42 mil millones de dólares.
Pero en la conferencia matutina de este viernes el discurso cambió. Al celebrar que la Cámara de Representantes de Estados Unidos aprobó el acuerdo, López Obrador dijo que al fin habrá certidumbre para los inversionistas.
“Lo del tratado es una muy buena noticia, va a ayudar mucho. Ya hay certidumbre para la inversión y tenemos asegurado el ingreso al mercado más importante del mundo, al mercado más fuerte del mundo”, reconoció.
Aseguró que esta noticia no sólo es buena para nuestro país, sino para las tres naciones involucradas, porque se verá fortalecida la región.
El canciller Marcelo Ebrard, dijo que con el respaldo de la Cámara baja, da por hecho que el T-MEC será aprobado en enero que sea votado por el Senado estadounidense.
“Se termina una etapa de incertidumbre muy amplia, que hace que las inversiones se frenen. Es una excelente noticia que tendrá un impacto muy favorable, porque ya se sabe cuáles son las reglas de cómo va a funcionar y cómo se resolverán las controversias”, apuntó.
Además, indicó que los empleos, la inversión y desarrollo tecnológico serán las principales ventajas para México con este acuerdo. Tema en lo que coincidió con la secretaria de Economía, Graciela Márquez Colín.
La funcionaria mexicana explicó que el acuerdo conserva tratados que se incluyeron en el Tratado de Libre Comercio para América del Norte (TLCAN), pero modernizados, y la integración de nuevas apuestas como la propiedad intelectual, el comercio digital y los servicios financieros.
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