3 días de silencio; tiempo de reflexionar

20 de Abril de 2024

Simón Vargas
Simón Vargas

3 días de silencio; tiempo de reflexionar

simon vargas

Que tus decisiones reflejen tus esperanzas, no tus temores. Nelson Mandela

Después de casi 90 días de intensas campañas electorales para las diversas candidaturas que ya esperan ganador, este jueves el electorado tendrá un momento de reflexión, de silencio; una pausa en el camino antes de ir a las urnas el próximo primero de julio. A partir del primer minuto del día jueves 28 queda prohibido difundir resultados de encuestas, distribuir o colocar propaganda electoral, cualquier acto de campaña o de proselitismo. ¿Qué sentido tiene la jornada de reflexión? ¿Para qué sirve? ¿De verdad nos ayuda? ¿Puede existir un cambio en las preferencias electorales a raíz de este periodo de cavilación? Quizá en muchos casos los electores tienen decidido su voto incluso antes del inicio de las campañas, y probablemente los tres días previos a la elección cuando inicia la veda electoral poco cambien la decisión; pero este periodo sirve para bajar las tensiones que han generado, funciona como un proceso de maduración, ayuda para poner fin a la dinámica del marketing político, es decir se debe aprovechar para conformar la voluntad individual sin presiones ni interferencias. Después de casi tres meses de spots publicitarios, folletos, comerciales, proselitismo y mítines esta campaña electoral mostró dos caras de una misma moneda; 2018 expuso de cada candidato y debate público el uso de una política de resentimiento, rencor y hasta odio acompañados señalamientos de corrupción; fraudes electorales y reputaciones cuestionadas alentando un hate speech para de esta manera ver mermado al contrincante. Se han inventado y reinventado miedos e inseguridades, se ha explotado el pánico moral, se ha buscado la desinformación, se crearon noticias falsas que inundaron internet, se mostraron vídeos y audios exponiendo la corrupción; es decir ira canalizada en contra del otro. Ha sido una campaña sin precedentes; anormal, en la que se tuvo que hacer uso de todos los recursos a la mano incluso exacerbando los resentimientos; tal pareció durante los días de campaña que todo se valía con tal de sembrar la duda y la polarización mediática, mezclando la realidad con la ficción. Haciendo un recuento de lo vivido ¿Quién no recuerda fake news, noticias diseminando inconsistencias?, ¿Mensajes violentos, ofensivos o discriminatorios? ¿Personas desestimando la racionalidad? ¿Expresiones nutridas de rechazo a ciertos grupos o individuos?, quizá durante esta etapa unos subieron en el porcentaje de intención de voto y otros cayeron, pero los únicos que se vieron menoscabados fueron el respeto, el diálogo y la tolerancia. Por otro lado, la cara luminosa de la moneda fue el surgimiento de organismos como Verificado 2018, iniciativa que decidió trabajar en la contención del esparcimiento de bulos e información inexacta, multiplicados por las redes sociales. Este proyecto contó con la participación de más de 60 medios, organizaciones civiles, expertos de universidades de todo el país y el apoyo de Facebook, Twitter y Google News Lab; este equipo verificó y expuso las declaraciones falsas de los candidatos, así como las propuestas imprecisas, confrontando la información de forma rigurosa y confirmada. Fue un esfuerzo de articulación ciudadana inédita e histórica, surgido de la iniciativa de una generación de la información: los millenials; quienes buscaron renovar las instituciones oxidadas y los organismos apáticos, mostrando que las redes digitales de solidaridad, debate y trabajo colaborativo están en pleno auge y con un crecimiento exponencial. Esta iniciativa retomó ideas de plataformas de diferentes países como: Electionland en Estados Unidos o CrossCheck en Francia, y sin duda durante todo el periodo de las campañas electorales cazó y exhibió todas aquellas intervenciones basadas en mentiras, por lo que su mediación en la toma de decisiones de la gran mayoría de los millenials el próximo domingo será rotunda. Verificado 2018, trazó el camino para acercarnos a una elección razonada y certera, que no se base en la mentira y el engaño. Una elección no debería ser sinónimo de miedo y desastre, sino por el contrario tendría que ejemplificar la transformación y la innovación de un país; hoy tenemos dos vías a elegir para el día de emitir nuestro voto: el marketing del odio o las propuestas verificadas y analizadas. Para pensar con claridad hay que hacer un alto; reflexionar, cavilar, pero sobre todo investigar y conocer; el peligro para nuestro país no es un político, o un organismo, o una elección; el verdadero riesgo es la insistencia en radicalizar, en que como ciudadanos no salgamos el próximo primero de julio a votar, en que dejemos pasar la oportunidad de externar nuestro sentir con una selección sobre las boletas electorales.