“Las sociedades están fragmentadas. El discurso político está polarizado… Somos un mundo en pedazos.
Necesitamos ser un mundo en paz”
António Guterres, Secretario General de las Naciones Unidas
El multilateralismo es una expresión de diplomacia y de política internacional cuyo objetivo es ofrecer soluciones comunes a problemáticas compartidas. Y es que, desde el fin de la Guerra Fría, el mundo comenzó a creer que el modelo de liberalismo político y económico dictaba que la cooperación y la libertad abriría las puertas al desarrollo global y promovería la paz internacional, haciendo de la globalización una respuesta a las diversas problemáticas mundiales. Sin embargo, frente a los retos como la desigualdad, el desempleo, la automatización y la migración, los discursos a favor de la xenofobia, las críticas hacia la globalización y el libre comercio han comenzado a proliferar, incluso en muchos países se clama por el cierre de fronteras, incrementando la incertidumbre y sembrando serias dudas sobre las ventajas de la cooperación entre países. En este contexto, resulta primordial que en vísperas de la reunión del G20, la cual tendrá lugar entre el 30 de noviembre y el 1º de diciembre en Buenos Aires, Argentina, se ponga sobre la mesa el futuro del multilateralismo y la cooperación internacional en materia de seguridad, misma que dependerá de las acciones que los gobiernos emprendan en el corto plazo, así como de la voluntad para continuar privilegiando el diálogo, ya que, a pesar de las fallas que el modelo actual pueda tener, sin duda, es la mejor forma que se tiene. Y es que, la Comunidad de Inteligencia de Estados Unidos señala que el siglo XXI se ha caracterizado por ser una época en la que el mundo ha enfrentado el mayor número de riesgos; por ello, su gobierno ha trabajado en la coordinación entre las diferentes agencias, con el objetivo de fortalecer su estrategia de seguridad nacional, así como por preservar el orden mundial. De acuerdo con la Evaluación Mundial de Amenazas de la Comunidad de Inteligencia de los Estados Unidos, podemos destacar que los principales retos globales en el corto plazo serán: Las amenazas cibernéticas, mismas que están desafiando la confianza pública en las instituciones globales y la gobernanza, generando costos para la economía global; asimismo éstas tienen incidencia en materia de salud pública, seguridad y prosperidad, ya que la cibertecnología es transversal a las áreas de infraestructura crítica y de sectores estratégicos gubernamentales. Algunos de los países que, de acuerdo con Estados Unidos, representan un riesgo para la ciberseguridad a nivel internacional son Rusia, China, Irán y Corea del Norte; además se debe considerar la actividad de actores no gubernamentales como los terroristas, en específico el Estado Islámico (ISIS), y el crimen organizado Otro de los riesgos es el desarrollo de tecnologías disruptivas como la inteligencia artificial, la edición del genoma humano, así como el Internet de las Cosas, las cuales podrían habilitar capacidades militares para actores capaces de desestabilizar el orden internacional. El terrorismo continúa siendo un reto; de hecho, Estados Unidos indica que Irán es el principal patrocinador estatal en la materia, destacando su apoyo a organizaciones como Hezbollah. Por otra parte, ISIS es otro actor relevante derivado de su ideología, presencia mediática y control de territorio en Irak y Siria. La proliferación de armas de destrucción masiva se ha convertido en un tema de interés, ya que países como Rusia, China, Irán, Corea del Norte, Irak o Siria se han esforzado en modernizar, desarrollar o adquirir este tipo de armamento, convirtiéndose en una amenaza para la seguridad global. Otro de los temas que preocupan es el crimen organizado transnacional, ya que Estados Unidos resalta el incremento de actividades relacionadas con el tráfico de drogas, la trata de personas y el tráfico ilegal de especies. También, la evaluación mundial incluye los riesgos relacionados con el espacio exterior; así como, los asociados con el lento crecimiento económico, los bajos precios de los hidrocarburos y las actividades de contrainteligencia y espionaje. Por último, el documento menciona el ámbito de la seguridad humana, en el cual engloba asuntos relacionados con el calentamiento global, la salud y el desplazamiento, haciendo énfasis en este último y en las principales causas que lo provocan: conflictos sociales, fronteras débiles, violencia y persecuciones. Hoy, frente al deterioro del escenario internacional y al cuestionamiento directo hacia el multilateralismo, los gobiernos tienen la responsabilidad de ejercer una diplomacia responsable, enfocada en la búsqueda de cooperación en materia de seguridad, ya que la complejidad de la agenda requiere de anticipación y de adoptar un enfoque hacia el futuro, sin duda tenemos que prepararnos ante los innumerables desafíos que tenemos en el contexto actual.