México - Estados Unidos: Seguridad compartida

24 de Abril de 2024

Simón Vargas
Simón Vargas

México - Estados Unidos: Seguridad compartida

simon vargas

“México y Estados Unidos, más que vecinos, son socios en una realidad conjunta que requiere de la cooperación entre sus sociedades” Consejo Mexicano de Asuntos Internacionales

Desde el reconocimiento de la independencia de nuestro país y el establecimiento de las relaciones diplomáticas entre México y Estados Unidos (EUA) en diciembre de 1822, los vínculos entre ambas naciones han sido amplios y profundos. La frontera entre México y Estados Unidos tiene una longitud de tres mil 142 kilómetros, lo que la ha hecho convertirse en un espacio vital de intercambio político, económico y social que nos vincula y nos hace trabajar en favor del fortalecimiento de la competitividad y la seguridad de ambos países mediante el establecimiento de políticas públicas acordes a los retos del siglo XXI. Este espacio es el hogar de más de 83 millones de personas que desarrollan actividades comerciales, asimismo es un punto estratégico para el flujo de bienes, personas y servicios. De acuerdo con el gobierno mexicano, se trata de la frontera más transitada del mundo, de hecho “más allá de ser una línea de demarcación entre dos países, es un lugar de convergencia”. La ex embajadora en México, Roberta Jacobson señaló -en una columna publicada recientemente en The New York Times- que “México es uno de los países más importantes para los intereses estadounidenses” al ser uno de los principales destinos para las exportaciones de 27 estados; sin embargo resaltó que los temas relacionados con comercio y empleo no son la única clave de la relación bilateral, sino que la diplomacia entre México y Estados Unidos debe ser competente, de manera amplia, en cuestiones como la seguridad. Una vez concluida la renegociación del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), ahora conocido como el Acuerdo Estados Unidos-México-Canadá (USMCA) resulta prioritario poner el énfasis en la agenda de seguridad. Sin duda, uno de los retos de ambos gobiernos será comprender y posicionar en la agenda pública que la seguridad de México y Estados Unidos está intrínsecamente ligada y que su atención trasciende el ámbito fronterizo. Y es que, como bien lo señala el Consejo Mexicano de Asuntos Internacionales (COMEXI), a pesar de que la cooperación bilateral entre México y Estados Unidos se ha incrementado en las décadas recientes, falta mucho para que ambos reconozcan que tienen una responsabilidad compartida para resolver las amenazas comunes que enfrentan, ya que definitivamente “un Estados Unidos seguro requiere de un México seguro y viceversa”. En este contexto, el documento Redefiniendo la relación para la prosperidad de Norteamérica, elaborado por COMEXI, indica que durante la segunda mitad de la década de los 2000, tanto México como Estados Unidos pensaron en implementar una estrategia de cooperación basada en cuatro pilares: 1) el trabajo conjunto para el desmantelamiento de las organizaciones criminales, 2) el fortalecimiento de las instituciones policiacas 3) la institucionalización de la capacidad de mantener el Estado de Derecho y 4) la construcción de una frontera acorde a las necesidades del siglo XXI, desarrollando comunidades resilientes y poniendo al centro la prosperidad compartida en el marco de la seguridad regional. Sin embargo, los atentados del 11 de septiembre de 2001 hicieron que la relación bilateral en materia de seguridad se modificara sustancialmente, priorizando el cierre de la frontera a grupos y/o personas que pudieran ser un peligro para la seguridad nacional estadounidense. Al respecto, debemos destacar que, en octubre de 2006, el Presidente George W. Bush firmó la Ley de Frontera Segura, incrementando los elementos de la Patrulla Fronteriza y socavando la búsqueda de una reforma migratoria para nuestros connacionales. Diez años después, con la llegada del presidente Donald Trump, el discurso respecto a la seguridad volvió a enfocarse en una agenda fronteriza al exigir un muro o barrera física que cierre la línea divisoria con México, lo anterior sin importar que, en la actualidad, existen mil 134 kilómetros de barreras físicas y más de 8 mil cámaras que forman una barrera digital. Ante esto, urge que México busque el diálogo y comience a “empujar las fronteras más allá de los límites territoriales”, ya que ambas naciones deben comenzar a trabajar conjuntamente en “la prosperidad compartida”, reivindicando, como lo señala el documento de COMEXI, el principio de responsabilidad común y compartida respecto a temas que inciden directamente en el bienestar de ambas sociedades como la seguridad fronteriza, el tráfico de drogas, armas y flujo financieros ilícitos, corrupción y Estado de Derecho, manejo de contingentes migratorios y comunidades binacionales; así como, la pacificación y estabilidad económico-social.