“La geografía nos ha hecho vecinos. La historia nos ha hecho amigos. La
economía nos ha hecho socios, y la necesidad nos ha hecho aliados…”
John F. Kennedy
El pasado 13 de diciembre, Anthony Wayne, quien fuera embajador de Estados Unidos en México, entre 2011 y 2015, y que actualmente se desempeña como socio en materia de política pública en el Centro Internacional para Académicos Woodrow Wilson, testificó ante el Comité Senatorial de los Estados Unidos sobre el Poder Judicial y el Subcomité de Seguridad Fronteriza e Inmigración, con el objetivo de que el Congreso de este país sea consciente de que la cooperación entre México y Estados Unidos en materia de seguridad y combate a la delincuencia transnacional es vital, ya que ambas sociedades han pagado un alto precio por el tráfico ilegal de drogas, dinero, armas y personas que cruzan la frontera común. Para el ex embajador el cambio de gobierno es una oportunidad y un momento propicio para que los Estados Unidos redoblen los esfuerzos para construir una relación de cooperación más sólida con México. En este contexto, no podemos olvidar que para el presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO) será prioritario lograr la paz a través de la implementación de diversas reformas a nivel doméstico como la creación de la Guardia Nacional; sin embargo, Wayne señala que además del mejoramiento de las políticas públicas en materia de seguridad a nivel nacional, el gobierno de AMLO debe enfocarse en acciones que le permitan transitar y mantener la cooperación con Estados Unidos, sobre todo en temas estratégicos como el combate al narcotráfico. Y es que, con más de 2.3 mil millones de dólares de fondos asignados por el Congreso de Estados Unidos, la Iniciativa Mérida ha entregado 1.6 mil millones de dólares en equipo y entrenamiento, logrando dar más orden a la asistencia de Estados Unidos para México y fomentando redes de cooperación más estrechas entre los funcionarios encargados de hacer cumplir la ley y la justicia. Por lo anterior, el político estadounidense expuso ante el Comité Senatorial que las prioridades en materia de cooperación entre México y Estados Unidos deberían estar enfocadas en combatir la crisis de los opioides y el narcotráfico, ya que según datos de la Administración para el Control de Drogas (DEA) y el Departamento de Justicia de EUA calculan que la venta de drogas ilegales en Estados Unidos le genera ganancias de cerca de 20 y 30 mil millones de dólares a los narcotraficantes mexicanos, permitiendo que adquieran armas, perpetuando el clima de violencia, y alentando la corrupción de autoridades en ambos lados de la frontera. El mercado de las drogas incide directamente en el tráfico ilegal de personas, el cual da márgenes de alrededor de mil millones de dólares al año. Por otra parte, Wayne destaca que se debe tomar en cuenta la fragmentación de los grupos delictivos, mismos que se han vuelto más violentos y que han diversificado sus negocios ilícitos hacia el robo de hidrocarburos, añadiendo que muchas de estas células pueden ser consideradas como “insurgencias delictivas”. También, a pesar de que la migración no es un tema que se trate directamente en este Subcomité, señaló que el gobierno de Estados Unidos debe analizar las ofertas del presidente Andrés Manuel López Obrador respecto al desarrollo de un plan regional en Centroamérica que incluya programas capaces de brindar alternativas a la migración y al crimen. Por otra parte, en el marco de su intervención, el ex diplomático explicó que el plan que presentó el presidente Andrés Manuel López Obrador para recuperar la paz social, el cual tiene un enfoque integral para atacar el crimen y la violencia desde múltiples ángulos, incluida la prevención y la aplicación de la ley, abordando las causas y los efectos, además hace hincapié en que en este nuevo abordaje se reflejan distintas ideas extraídas de una variedad de experiencias en todo el mundo, por lo que las expectativas son altas. Es importante señalar que Anthony Wayne celebra este nuevo enfoque para resolver la crisis de seguridad; pero exhorta a que ambos gobiernos definan una nueva agenda capaz de resolver los problemas compartidos. Hoy, no cabe duda que México y Estados Unidos deben fortalecer la cooperación interinstitucional, por ello es tiempo de evaluar y poner sobre la mesa las estrategias enfocadas en garantizar el estado de derecho, apostando por un esfuerzo regional a favor de la paz y la prosperidad.