Año con año cientos de miles de familias viven esperanza y frustración: menos del 15% del total de los más de 315 mil aspirantes a ingresar a la educación media superior lo harán en la UNAM.
Hace años que la más importante universidad mexicana es un verdadero privilegio no únicamente por la calidad posible de la educación, aunque no necesariamente la calidad promedio real obtenida por sus egresados; también lo es porque el mero ingreso es una suerte, literalmente y en parte, una lotería, de factores estadísticos (¿y si todos tuvieran de 9 de calificación promedio final hacia arriba?) y preparación personal adquirida en el ámbito de la familia y de escuelas previas que son ellas mismas un síntoma de la crisis educativa.
Miles de mexicano jóvenes quedan fuera de la UNAM. Y miles de los que logran concluir la educación en ella ocuparán segundos lugares frente a los egresados de escuelas privadas.
La primara selección brutal para estudiar preparatoria en la UNAM, es un episodio que continuará al terminar los estudios profesionales.
Aún cuando se ha deteriorado la capacidad de la UNAM y del conjunto del sistema de educación pública de corresponder a la expectativa de movilidad social asociada a la educación, está demostrado que ganará más y vivirá mejor quien estudie más.
Pero no es suficiente.
La escuela pública va quedando atrás de los méritos asociados social y profesionalmente a egresados de escuelas privadas.
Revisemos los números de profesionistas egresados dela UNAM que de tener la oportunidad de hacerlo han preferido una escuela privada a la pública de donde egresaron. Las reglas de la selección laboral excluyen, desde hace tres décadas, en los primeros niveles de dirección pública y privada a quienes solamente o principalmente son egresados de escuelas públicas.
La esperanza de miles de padres de familia tiene un respiro cuando sus hijos son aceptados. Tendrá sostén cuando estén en posibilidades de ser equitativamente seleccionados en el mercado. Ello se ve muy difícil en el mecanismo contemporáneo de reclutamiento laboral.