16 días de activismo contra la violencia hacia las mujeres

19 de Abril de 2024

Simón Vargas
Simón Vargas

16 días de activismo contra la violencia hacia las mujeres

simon vargas

La exclusión, violencia y discriminación hacia las mujeres son temas que han persistido y actualmente una de cada tres mujeres y niñas experimenta episodios de violencia a lo largo de su vida, esto ocurre en todos los países y dentro de todas las sociedades, en la calle, en los hogares, las escuelas, el trabajo y los medios de comunicación, y lo más alarmante es que como sociedad hemos llegado a naturalizar las agresiones. Este fenómeno ha sido histórico, pero sobre todo recurrente, y para minimizarlo el primer paso es reconocerlo como un problema que atenta contra la estabilidad social. El pasado 25 de noviembre se conmemoró el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer que busca hacer eco en la consciencia de todos los individuos en las diferentes culturas y juntos trabajar por una sociedad más equitativa; a partir de este día se tienen previstos 16 días de activismo, donde se presentan talleres, conferencias y propuestas que sean un parteaguas para comenzar a disminuir los efectos de la violencia hacia las mujeres. https://bit.ly/2AhpT6j La campaña internacional: 16 días contra la violencia de género, comenzó en 1991 siendo una propuesta del Centro para el Liderazgo Global de Mujeres y desde 2008 es apoyada por la Organización de Naciones Unidas; es así como del 25 de noviembre hasta el 10 de diciembre Día de los Derechos humanos se realizan acciones para impulsar actividades internacionalmente que pongan fin a la violencia contra las mujeres y niñas. https://bit.ly/1lQNXke ¿Pero, porque una campaña tan larga? Porque las agresiones han llegado a extremos inhumanos. Según el Sistema integrado de Estadísticas sobre la Violencia contra las Mujeres del INEGI, de 2012 a 2016 se contabilizaron aproximadamente 696 defunciones de mujeres por homicidio de los cuáles sólo 260 han sido reconocidos como feminicidios ante las instancias jurídicas correspondientes, debido a una carencia de protocolo de atención para los casos de feminicidio en México; pero la parte medular es, ¿Cómo es que se define si es feminicidio o no? La respuesta es sumamente sencilla: “es un crimen de odio, que consiste en el asesinato de una mujer por el hecho de ser mujer”, lo complicado es comprobarlo frente a las autoridades, tener las pruebas para exponerlas ante las instancia de procuración de justicia y que éstas sean validadas. La agresión hacia la mujer ha seguido un patrón cultural y de costumbres, hemos educado “machos” quienes encuentran en la violencia la forma más natural de hacerse entender. Se ha creado en la mujer el estereotipo de la receptora de la culpa, se les ha enseñado que por culpa se calla, se ama lo que hiere, y se pasa por encima incluso de sus propios derechos como seres humanos. Hemos sido testigos de crímenes cargados de odio, donde se ha tomado a la mujer peor que objeto sexual, donde se ha deshecho la dignidad y se ha torturado la inteligencia de miles de mujeres en todo el mundo. Se les ha inculpado por lucir atractivas, por usar falda, por salir a divertirse o beber, por querer estudiar o por ocupar mejores puestos laborales como el reciente asesinato de Jazmín en Tlaxcala. Desde tiempos remotos las mujeres han sido estigmatizadas con la idea de que todo pasa por su decisión; “el hombre llega hasta donde la mujer quiere” reza un dicho popular, pero en esta sencilla frase se le quita toda la responsabilidad al hombre, se le hace ver como un sujeto utilizado por la mujer para manipular y decidir; pero al mismo tiempo también la mujer absorbe la responsabilidad por ser violada, golpeada o vejada, porque ellos llegaron hasta donde ella lo permitió. Es por todo esto que los 16 días de activismo deben servirnos para sentar bases, para tomarnos unos instantes y hacer un recuento de las muchas muertes que nos han conmocionado en los últimos años, de la brutalidad de asesinatos como el de Mara o lesvy, debemos recordar el aún permanente estigma de poner la culpabilidad en una sola acción: la condición de mujer. En nuestra era todo se hace público, la mediatización hace que el dolor provocado por la muerte sea más palpable, y sí, debemos continuar con la puesta de la violencia en escena pública, no con morbo, sino para permitirnos entender que es necesario trabajar en su erradicación, diciendo no a la discriminación y comenzando una reconstrucción de la sociedad con igualdad de oportunidades, pero sobre todo de respetos y derechos. Este trabajo es responsabilidad de todos como sociedad, y como hombres debemos entender que somos parte del problema y paradójicamente somos la pieza clave para la solución.

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