8 de marzo, día internacional de la mujer

18 de Abril de 2024

Simón Vargas
Simón Vargas

8 de marzo, día internacional de la mujer

simon vargas

“Me gustaría que cada vida humana fuese libertad pura y transparente”.

Simone de Beauvoir

Este año el día internacional de la Mujer llega en un tiempo de revuelo mediático, donde los movimientos internacionales han logrado hacer eco gracias a campañas cómo #MeToo y #TimesUp que se han homologado tanto de América Latina como en Europa, las cuales buscan alzar la voz en temas como el acoso sexual, los feminicidios y la paridad en remuneración económica.

El 8 de marzo nos recuerda la batalla comenzada por las empleadas de la fábrica textil Cotton en Nueva York que lamentablemente terminó con el asesinato de 129 trabajadoras en 1909, después de que el propio dueño de la empresa prendiera fuego a la misma durante su protesta por la exigencia de sus derechos laborales.

Hoy más que nunca debemos abordar este día no como un festejo superficial sino como un recordatorio de concientización de las luchas sociales por alcanzar comunidades ecuánimes y justas; es un buen momento para hacer un alto y reflexionar sobre los avances logrados, pero también para continuar con el cambio, para alentar a la valentía, la determinación y romper patrones de silencio, miedo y violencia.

El Día Internacional de la Mujer nos brinda la oportunidad de transformar el propósito en acción, de empoderar a las mujeres en todos los contextos, y rendir homenaje a las activistas que trabajan sin descanso defendiendo los derechos de las mujeres y animándolas a que se desarrollen plenamente. https://bit.ly/1ffBMcm

Ha sido un camino difícil y a pesar de todo el esfuerzo en nuestro país aún el 49% de las mujeres sufre violencia emocional y el 41.3% ha sido víctima de agresiones sexuales; según el portal contra la corrupción más de 10 mil mujeres han sido asesinadas en México desde 2012 a la fecha; hace falta la investigación oportuna, decir no a la impunidad y derrumbar las campañas de desprestigio y difamación. https://bit.ly/2vPtO81 Sobran los motivos para continuar, esta batalla no es sólo de ellas, no son solamente las mujeres quienes deben manifestarse en las calles o alzar la voz, también nosotros debemos unirnos, apoyarlas, ser partícipes de las oportunidades y generar el cambio.

No podemos cerrar los ojos y mostrar indiferencia ante la discriminación transversal, ante los salarios inferiores, el techo de cristal, los prejuicios, los estereotipos, el acoso en redes sociales o calles, y la violencia psicológica, física o verbal.

A pesar de las batallas diarias, del arrojo y el coraje mostrados en las recientes declaraciones de miles de mujeres al alzar la voz y señalar a aquellas personas que las han violentado, el camino sigue siendo largo, aún como sociedad tenemos que enfrentarnos a la preferencia de los varones en la India, donde las mujeres son percibidas como una carga financiera y los abortos selectivos de fetos femeninos son habituales, ya que según estadísticas de las Naciones Unidas se ha interrumpido el nacimiento de 43 millones de mujeres en ese país; aún debemos levantar la voz por las más de 700 niñas en Pakistán a quienes han raptado su niñez suprimiéndola por matrimonios forzados; todavía debemos continuar en pie por las mujeres que en Irán valen la mitad de un hombre ante la ley en testimonios judiciales; no podemos permanecer inertes ante el dolor silencioso de miles de mujeres a las que no se les ha dado la oportunidad de mostrar al mundo toda la creatividad, capacidad, entereza y profesionalismo que como sociedad les hemos limitado.

“Si me matan, sacaré los brazos de la tumba y seré más fuerte” citó en la década de los 60 la activista dominicana Minerva Mirabal, y hoy a más de 50 años de su asesinato, debemos continuar con esa entereza para darle a nuestras madres, esposas, hijas, nietas, amigas y compañeras de trabajo una sociedad justa y que aprenda a escucharlas.

El machismo debe dejar de ser una excusa; no podemos continuar eximiendo las muestras de violencia en la inculta justificación del “somos hombres y así somos en México”, debemos convertirnos en esa persona que las acompañe a ser: a ser ellas, a encontrarse, a descubrirse, a discrepar, a oponerse, a dialogar, a converger; debemos detener los pensamientos en los que nos visualizamos como oponentes, porque apoyarlas no nos hace ni más ni menos hombres, nos hace iguales. ¿Tenemos igualdad? Hasta que la respuesta sea sí, no podemos dejar de luchar.

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