Les doy un mandamiento nuevo: ámense los unos a los otros. Así como yo los he amado.
(Juan 13: 34)
En la víspera de la Semana Santa se encuentran historias que enseñan lecciones sobre nuestra humanidad, nuestra fragilidad, y especialmente, acerca de la fe.
Las palabras de Pascua refieren al amor, al amor del padre y del hijo hacia el prójimo y a nosotros mismos, porque las acciones que vienen desde el corazón reflejan el espíritu de esta semana.
Celebramos el triunfo del amor sobre el odio y el miedo, dando paso a una experiencia de reflexión sobre lo que significa el sacrificio por los demás.
En la Iglesia Católica el camino del amor es el camino a Dios, y cuando llevamos esto a la vida diaria, nos volvemos más consecuentes en nuestro actuar y pensar, siendo más misericordiosos, incluso con aquellos que nos lastiman o agreden.
En una época donde la paz y el respeto al prójimo se han vuelto un tema trascendental para todas las naciones, es necesario llevar un mensaje diferente y predicar con el corazón y la razón.
Pascua nos invita al amor, a la dignidad, y al respeto por la persona, es invitar al hermano y hermana a la solidaridad, y proclamar la justicia social y el camino de los derechos.
Quien ama al Señor, ama al salvador que resucitó para dar consciencia, sentido y valor para el provenir, esperando que las siguientes generaciones trasmitan su palabra de esperanza y perdón.
El Jueves Santo es para los católicos el amor de Jesús por todos sus hijos e hijas, a quienes les entregó la Eucaristía, el sacramento del Cuerpo y la Sangre, a través del pan y el vino, justo en la Última Cena que simboliza este día.
El papa Francisco hizo una reflexión el Domingo de Ramos pasado: “Él está presente en muchos de nuestros hermanos y hermanas que hoy, hoy sufren como Él, sufren a causa de un trabajo esclavo, sufren por los dramas familiares, por las enfermedades... Sufren a causa de la guerra y del terrorismo, por culpa de los intereses que mueven las armas y dañan con ellas. Hombres y mujeres engañados, pisoteados en su dignidad, descartados... Jesús está en ellos, en cada uno de ellos, y con ese rostro desfigurado, con esa voz rota pide que se le mire, que se le reconozca, que se le ame. https://bit.ly/2o3iEHj
El Jueves Santo también es un día de caridad, una ocasión para seguir el ejemplo de Jesucristo sobre compartir no sólo lo material, también la espiritualidad y generosidad.
Además de ser un tiempo de descanso, no olvidemos tomar un momento para guardar, para mirar al prójimo, porque al Señor lo encontramos también en las otras personas, porque todos somos uno ante Él, y es tiempo de reconocer que necesitamos mayor unidad ante los desafíos que nos aguardan.
*Analista en temas de Seguridad, Justicia, Política y Educación *Si deseas recibir mis columnas en tu correo electrónico, te puedes suscribir a mi lista en el siguiente vínculo: https://eepurl.com/Ufj3n