“Un hogar sin libros es como un cuerpo sin alma”
Ciceró
La lectura es un vínculo a la creatividad, mejora la memoria, amplia nuestros marcos de referencia y fortalece los procesos cognitivos; un individuo con el gusto de la lectura contribuirá a una sociedad menos vulnerable, con mayor crecimiento y desarrollo social; sin embargo y lamentablemente México ha sido culturalmente un país alejado de ella. Hace poco más de un siglo nuestro país presentaba un 82% de analfabetismo; actualmente esta cifra ha disminuido a 6.9%, aunque desafortunadamente esto no ha impulsado el hábito de la lectura, según cifras de la UNESCO en 2013 México era el penúltimo lugar en consumo de lectura de 108 países y en promedio el mexicano consumía menos de tres libros al año y dedicaba tres horas a la semana a la lectura extraescolar, en comparación con Alemania que lee alrededor de doce libros por año. https://bit.ly/2Kd1qnk El fenómeno de la carencia de lectura en nuestro país puede deberse a diferentes factores: la costumbre, la falta de interés, la pobreza, la carencia de comprensión lectora e incluso el encarecimiento de los libros, situación que los convierte casi en objetos de lujo que sólo están al alcance de unos cuantos. Como país hemos trabajado en avances que contribuyan a una sociedad con servicios culturales de calidad y oportunos, se ha buscado disminuir la brecha cultural reformando las políticas públicas necesarias; por ejemplo en abril de 2008, el Congreso Mexicano aprobó la Ley para el Fomento de la Lectura y el Libro, la cual pretendió incentivar la lectura a través de la red de bibliotecas públicas, así como el impulso de librerías y puntos de venta y la creación de la política de precio único, que no aludía a un mismo costo en todos los libros sino que un título costara lo mismo en cualquier parte de la república y en cualquier librería; ofreciendo así un aumento de oportunidades de adquisición para los amantes de la lectura. El pasado 23 de abril se celebró el día mundial del libro lo que nos recuerda que debemos continuar trabajando y realizando actividades que impulsen la lectura desde todos los ángulos de la sociedad, porque a pesar del camino ya recorrido las cifras siguen siendo alarmantes; según la Encuesta de Lectura de 2015 sólo 4 de cada 10 personas en México leen, y un 48% de los jóvenes nunca ha visitado una biblioteca. https://bit.ly/1NZYuq7 Por otro lado, no todo es malo pasamos de leer un promedio anual de 3 libros en 2013 a 5.3 en 2016; lo que significa que hemos acortado camino y comenzamos a migrar hacia una sociedad más informada y con mayor deseo de aprendizaje. Los libros son un escaparate, una posibilidad, un compañero, y aunque algunos han sido prohibidos como Lolita de Vladimir Nabokov en Francia durante 1956; la metamorfosis de Franz Kafka de los años 1933 a 1945 en el régimen nazi y soviético, así como en Checoslovaquia; o las aventuras de Alicia en el País de las Maravillas de Lewis Carroll que desde 1931 hasta la fecha no puede ser leído en china; un libro siempre llegará en el momento adecuado, porque probablemente todos recordemos esa lectura que nos dejó sin palabras al terminar, el libro que nos reencontró con una parte de nosotros que habíamos olvidado o aquel que nos impulsó a cambiar; porque leer es un disfrute, no un castigo o una obligación, leer libera, leer amplía nuestra perspectiva, leer despliega nuestra imaginación, leer es un encuentro con el desarrollo.
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