Navidad: tiempo de amar al prójimo

24 de Abril de 2024

Simón Vargas
Simón Vargas

Navidad: tiempo de amar al prójimo

simon vargas

“De tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree no se pierda, sino que tenga vida eterna. Dios no envió a su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para que el mundo sea salvo por él.” Juan 3:16-17 Desde hace varias semanas se siente el ambiente navideño, luces y colores por todos lados; el frío se asienta no sólo en las noches sino en las mañanas cargadas de rayos color naranja, las compras cada vez se vuelven más presurosas, pensamos en cada una de las personas que se fueron o que han sobrevivido al año, llega la Navidad cargada de nostalgia y amor, pero sobre todo esperanza para lo que aún queda por venir. El 25 de diciembre de cada año nos sentimos más calmados, amanecemos con fuerzas renovadas y el calor del hogar nos ayuda a ser más positivos, una noche antes departimos comida y bebida con nuestros seres queridos, familia y amigos. Cada año me pongo a pensar que si siempre fuera Navidad la humanidad sería mejor, porque cada año en estas fechas el amor fluye y por un momento “amamos a nuestro prójimos como a nosotros mismos” por un momento ser hermanos está a flor de piel. Celebramos el nacimiento de nuestro salvador Jesucristo, de aquel que se hizo hombre y vino a la tierra a redimirnos; compartió nuestra vida humana para que pudiéramos compartir su vida divina, es por eso que vemos estas fechas con una alegría singular, porque Dios está con nosotros, mostrándonos su compasión y solidaridad. No sólo se trata de buenas acciones, de regalos influidos por la publicidad y la mercadotecnia, no se trata de dar; es darnos, como humanos, como hijos, como amigos, como esposos o esposas, como hermanos. Recuerdo que en la misa que se dice el 24 después de la comunión se pide: “Concédenos, Señor, sacar nuevas fuerzas de esta celebración anual del nacimiento de tu hijo, que se ha hecho nuestro alimento y bebida en este sacramento de salvación”, es decir la finalidad es que renovemos fuerzas, que hagamos un alto para nuestro encuentro personal con Él y que de esta introspección resultemos embajadores de la conciliación, la concordia, la armonía, la unión y el amor. Jesús nos enseñó muchas lecciones, y lo sigue haciendo en las sonrisas de los niños, en las palabras sabias de los padres y abuelos, en la vida misma; sólo depende de nosotros aprender a oírle y creo que en estas épocas es más fácil escucharle. Leerán muchas columnas sobre este tema, escucharán las mismas campañas sobre compras y presentes, pero no debemos olvidar que quizá, sea de las pocas fechas en que se aprecia el tiempo de calidad con la familia. Muchas de las columnas que se publicarán hablarán sobre el romanticismo de la fecha, y no quiero dejar pasar la oportunidad para decir lo agradecido que estoy. En algunas ocasiones durante las noches de invierno suelo voltear a ver al cielo, y agradecer por lo mucho que se tuvo en el año, por las experiencias vividas y por las que no se vivieron, por aquellas personas que se quedaron a mi lado y por las que decidieron irse para dar paso a nuevas, por las risas y las enfermedades, por los dolores y las satisfacciones, porque es Navidad y el sentimiento de la presencia de Dios en mi corazón es fuerte y real. Feliz Navidad. *Analista en temas de Seguridad, Justicia, Política y Educación.

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