Paz: el mayor reto de todos los tiempos

20 de Abril de 2024

Simón Vargas
Simón Vargas

Paz: el mayor reto de todos los tiempos

Simon

“La verdad de la paz llama a todos a cultivar relaciones fecundas y sinceras, estimula a buscar y a recorrer la vía del perdón y la reconciliación, a ser transparentes en las negociaciones y fieles a la palabra dada”.

Benedicto XVI

¿Cuál es la mejor política para contener la violencia? ¿Cómo sobrevivir a esta época? La historia nos ha enseñado que aún en tiempos de guerra, la paz puede prevalecer con acciones que no requieren ni armas ni ejércitos.

De acuerdo a la Organización Mundial de la Salud, la violencia es el uso intencional de la fuerza física, amenazas contra uno mismo, terceros grupales o comunitarios que tienen por consecuencia o probables consecuencias: traumas, daños psicológicos, problemas de desarrollo o muerte. https://bit.ly/2iN8Ks0

Bien lo ha dicho nuestro Nuncio Apostólico en México, Franco Coppola: “México no está exento de esto y puede ser que nosotros mismos en nuestra vida cotidiana, estamos enfrentados a estos”. https://bit.ly/2izy6Mb

Nuestro país ha sido el foco de atención desde hace diez años, cuando se agudizó la crisis de inseguridad con el arranque de la “guerra contra el narcotráfico”.

Sin embargo, el 2016 fue el más violento, al cerrar con 10 mil 967 víctimas del crimen organizado, lo cual es el reflejo de una crisis de múltiples dimensiones, que trastoca a las familias y repercute en las instituciones públicas y privadas.

Las consecuencias que trae la violencia son tangibles, evidentes, y han herido profundamente la estabilidad del tejido social.

No obstante, no todos los actos violentos están relacionados con el crimen organizado, existe un contexto complejo respecto a los delitos y la violencia local, y empieza con la violencia interpersonal.

Este tipo de violencia es un factor de riesgo para la salud a lo largo de toda la vida y para los problemas sociales, es decir, se traslada a la familia, la pareja, entre amigos, conocidos, desconocidos, y de ahí, en escalada.

La violencia modifica la construcción de los vínculos sociales, cambia la relación con la comunidad, y eventualmente puede provocar el abandono de los espacios públicos, lo que se traduce en barrios o colonias excluyentes, desplazamientos masivos y la interrupción del desarrollo.

A nivel global esta problemática se manifiesta intensamente, con guerras por religión y territorio, asesinatos por fanatismo o drogas, desplazamientos migratorios y deterioro del medio ambiente, no se puede negar que la principal necesidad de la humanidad, es la paz.

Incluso, el papa Francisco planteó: “No es fácil saber si el mundo actualmente es más o menos violento de lo que fue en el pasado, ni si los modernos medios de comunicación y la movilidad que caracteriza nuestra época nos hace más conscientes de la violencia o más habituados a ella”.

Lo que si sabemos, es que no podemos quedarnos impasibles, si bien es cierto que es responsabilidad del Estado procurar seguridad y justicia; es deber de la familia educar en la no violencia, reconocer que ninguna religión tiene una tradición terrorista, y principalmente, que no hay una justificación para la violencia.

El papa Francisco exhortó a “que la no violencia se transforme, desde el nivel local y cotidiano hasta el orden mundial, en el estilo característico de nuestras decisiones, de nuestras relaciones, de nuestras acciones y de la política en todas sus formas”. Todos podemos contribuir a la paz, sólo se necesita un acto de nobleza y gratitud diaria, para poner el ejemplo.

*Analista en temas de Seguridad, Justicia, Política y Educación *Si deseas recibir mis columnas en tu correo electrónico, te puedes suscribir a mi lista en el siguiente vínculo: https://eepurl.com/Ufj3n