No hay nada más difícil en estos días que hablar con un miembro del gabinete del presidente Andrés Manuel López Obrador, aunque no es necesariamente por gusto, sino órdenes superiores. Dicen los que saben que el mensaje que les han hecho llegar es que no hablen nada, no reciban a nadie, y aíslense hasta que termine de ajustarse y acomodarse el nuevo equipo de gobierno. Sólo saldrán a hablar con medios y sostendrán reuniones con gente de su sector cuando reciban la indicación de la Presidencia de que lo hagan. Así que mientras tanto, chitón.