Fue el juego favorito de los vikingos, mencionado en sagas y leyendas. Se practicaba en Irlanda, Islandia, Gran Bretaña y lo que hoy es Noruega, Finlandia, Suecia y Rusia. Los juegos Tafl fueron populares en medio mundo, pero el tiempo no perdona. En la App Store del iPhone, la aplicación para bajar Tablut, variante de ese pasatiempo, no registra una sola estrellita o reseña.
El resto de los más viejos juegos de mesa sufre la misma impopularidad digital. El Juego Real de Ur tiene cero estrellas y cero reseñas. Oware también se va en blanco. A la aplicación para bajar Senet con música egipcia y efectos de sonido le va un poco mejor, con 30 valoraciones. SmartGo Player, una aplicación fácil de usar, tiene seis valoraciones. En cambio, una de las apps más populares para ajedrez tiene arriba de 1,500.
El éxito del ajedrez en el iPhone es comprensible: no hay mejor aparato para enfrentarte a alguien en línea, a la propia computadora o para practicar estrategias en un tutorial. Pero, el resto de los viejos juegos también tienen aplicaciones accesibles, bien armadas y hasta simpáticas. Tal vez estos pasatiempos ya no resultan entretenidos en el siglo XXI. Para averiguarlo, prendí el iPhone y busqué las apps de estos viejos juegos de mesa. Empecé con Nine Men’s Morris, el tatarabuelo del famoso juego de gato.
Nine Men’s Morris y sus variantes se practicaban en tiempos previos al Imperio romano. Su popularidad quizás se deba a que basta marcar unas líneas en el suelo y tener un cierto número de piedritas para poder practicarlo. La meta es colocar nueve fichas en el tablero, alternándonos con nuestro rival, intentando formar líneas de tres fichas horizontales o verticales. Nine Men’s Morris requiere de estrategia, pero cualquiera puede entender las reglas en cinco minutos.
El Juego Real de Ur, proveniente de Mesopotamia, y el Senet del antiguo Egipto, ambos con más de 4,000 años de antigüedad, son similares. Como en Serpientes y escaleras, el propósito es llegar hasta el final del tablero, con la diferencia de que tenemos varias fichas: gana quien logre llevar todas hasta el último bloque. Los dos juegos toman una eternidad y es muy común llegar a dilemas similares durante diversas partidas, a diferencia del ajedrez o el Go, donde cada ronda presenta problemas nuevos.
Tablut es el juego antiguo más similar al ajedrez. Hay un tablero cuadriculado y un rey al que debemos proteger o atrapar, dependiendo de qué lado escojamos (un lado defiende al rey y el otro lo ataca). Tampoco involucra al azar: el bueno gana y el torpe pierde. En español e inglés, a las variaciones de estos juegos se les llama El zorro y las gallinas (o Fox and Hens en inglés). Intenté conseguir un rival en línea con dos aplicaciones distintas y nunca tuve suerte.
Los juegos Mancala, a los que Oware pertenece, se siguen jugando hoy en día alrededor del mundo. Originarios de África, los Mancala lograron exportarse, entre otras cosas, debido al comercio de esclavitud, y por lo tanto son populares no solo en su continente de origen sino en el Caribe y otros sitios. Las reglas de Oware son demasiado abstractas para poder describirlas sin imágenes, pero se trata de un juego donde el objetivo es distribuir y recolectar semillas, involucrando al azar y a la neurona. Jamás encontré con quién jugarlo en línea.
Al menos en el iPhone, el territorio de los juegos de mesa antiguos es un Atacama digital. Si bien la industria a la que pertenecen (los juegos de mesa) generó ganancias de casi dos billones de dólares en el 2013, el estado de abandono del Senet, Tablut y Nine Men’s Morris en el App Store apunta hacia su eventual extinción. Sigue habiendo torneos de Oware en el mundo, pero no todos los pasatiempos antiguos gozan de esa fragmentada fama. Que yo sepa, nadie organiza campeonatos de Tablut o Senet.
El destino de estos juegos nos permite avizorar el futuro de nuestros actuales pasatiempos. Los videojuegos, por ejemplo, constantemente padecen el avance de la tecnología. ¿Cuántos de ellos seguirán jugándose con frecuencia cuando Sony, Microsoft y Nintendo siguen reemplazando sus consolas? ¿En cien años seguirá vigente Monopoly, en muchos sentidos el juego seminal del siglo XX y la era del capitalismo? ¿O en el futuro solo los jugará un individuo, en el aparato de moda, solo adentro de ese microuniverso, tal y como yo prendí mi iPhone para ser el único que, en ese momento, jugaba una partida de Senet contra la computadora?
Crítico de cine y narrador. Tiene una columna semanal sobre cine y televisión en El Financiero. Coedita el sitio de internet de Letras Libres.
@dkrauze156