Faltaban unos años para que se implementara el Plan Cóndor, pero desde 1968 las acciones represivas contra cualquier organización o movilización estudiantil y obrera eran severamente combatidas por las fuerzas policiacas y militares. Brasil fue uno de los peores ejemplos en estos días, porque varios grupos estudiantiles fueron reprimidos con sus manifestaciones.
Así, en Belo Horizonte, la policía disolvió una manifestación con gases lacrimógenos. Y en Porto Alegre abrió fuego contra los estudiantes.
›A pesar de la violencia de Estado, en Río de Janeiro las manifestaciones persistían y varias de ellas paralizaron la actividad en la ciudad. En Fortaleza, un grupo de estudiantes desfilaron por las calles pidiendo la libertad de sus compañeros detenidos el martes anterior. Y en Sao Paulo, maestros y estudiantes ocuparon las facultades de Economía y Filosofía; mientras que en Salvador, los universitarios boicotearon las clases porque la policía había allanado la universidad.
Y el saldo no dejaba de ser tan amargo como el de la semana previa, pues para el 28 de junio se reportaban tres muertos y 278 heridos.
A unos cuantos kilómetros de Brasil, en Uruguay, el presidente Jorge Pacheco Areco continuaba con su línea de mano dura tras su decreto de la congelación de precios y salarios en el servicio público y las empresas privadas, en respuesta a la presión inflacionaria. Desde la instauración de las medidas del presidente uruguayo, la Convención Nacional de Trabajadores (CNT) convocó cinco paros generales que agrupaban a todos los sectores públicos, así como gran parte de las grandes empresas.
Para el 29 de junio, el gobierno enfiló a las tropas del ejército en Montevideo, que no se detendrían para contener, como fuera, los nuevos paros y huelgas ya programadas para la semana siguiente por la CNT.
A 300 kilómetros de Montevideo, en Buenos Aires, Argentina, estaba por conmemorarse el segundo aniversario de la dictadura de Juan Carlos Onganía, que llevaba varios meses de protestas a cuestas, principalmente del sector obrero, por lo que decretó su prohibición.
Por la tarde del viernes 28, cerca de mil 200 obreros y estudiantes se enfrentaron a la policía cuando trataban de avanzar a la Plaza Once. La gente que quedó atrapada entre golpes, gases lacrimógenos y balas, algunos de ellos periodistas. El parte policiaco reveló la detención de 300 personas incluyendo a 10 mujeres, pero al día siguiente se supo que del saldo había más heridos, una cifra incontable, y que la policía había capturado a decenas más.
Berkeley estalla
Las noticias sobre el desalojo de estudiantes de la Universidad de la Sorbona y el Teatro Odeón, apenas dos semanas antes, provocaron el descontento que a su vez se transformó en apoyo por parte de sus pares en la Universidad de Berkeley, que organizaron una serie de protestas en los barrios vecinos a la casa de estudios. En junio, la mayoría de los estudiantes abandonaron la ciudad por el periodo vacacional de verano, pero los alumnos más radicales y los simpatizantes del movimiento hippie permanecían en los vecindarios cercanos al campus, quienes empujaron la protesta el 28 de junio de 1968.
Cerca de dos mil personas asistieron a una manifestación en apoyo de estudiantes radicales en Francia que se rebelaban en un esfuerzo por derrocar al gobierno de Charles de Gaulle, pero se desbordaron en la avenida Telegraph, la calle principal de la ciudad. Amenazada por aquella multitud, la policía de Berkeley aumentó sus tácticas de control con el intercambio de gases lacrimógenos que los manifestantes respondían arrojando piedras.Brai
Dos días después, el 30 de junio, se declaraba el estado de emergencia y un toque de queda en la ciudad, con excepción de los periodistas provistos de salvoconductos especiales, quienes podían caminar por las desiertas calles que estaban próximas a la universidad.
Aquello era una guerra repleta de barricadas en llamas, toques de queda en toda la ciudad, cientos de arrestos y la casi estrangulación política del alcalde de la ciudad, Ronald Reagan, por parte de la muchedumbre desenfrenada, continuaron ininterrumpidamente durante tres días.
Por primera vez, la mayoría de los manifestantes que no eran estudiantes había impulsado una protesta que derivó en violencia y caos. Pero también había ocurrido, por primera vez, que los manifestantes impusieran su voluntad y su posicionamiento político en Berkeley.
BRASIL:
desde porto alegre, hasta Recife, se reportaban situaciones tensas a causa de la detención de más de cien estudiantes universitarios.
[gallery ids="877824,877825,877826"] ESTADOS UNIDOS: NO SÓLO EN BERKELEY el gobierno local tomó determinaciones frente a la agitación estudiantil, en Boston también instauraron un toque de queda. [gallery ids="877829,877830,877831"] ACCIONES PARALELAS: En varias partes del mundo las manifestaciones y el contraataque de la policía hacían más evidente una crisis política y social. [gallery ids="877835,877834,877833,877836"]