Desde su intervención como agente inmobiliario en la compra de la casa blanca, hecho que tanto afectó al presidente Enrique Peña Nieto y a Angélica Rivera, su esposa, Juan Armando Hinojosa, el empresario sinaloense que construyó su emporio desde hace años en el estado de México, vio cómo sus negocios se contraían. Dicen los que saben que la instrucción era que no le dieran contratos de obra pública para evitar otro escándalo, por lo que tuvo que reducir su plantilla de trabajadores en 50 por ciento. Don Juan Armando quiso entrarle a las licitaciones del Nuevo Aeropuerto de la Ciudad de México, pero desde Los Pinos le dijeron que no le iban a dar nada, aunque su propuesta fuera la mejor. Peeero, recomendaron que entrara detrás de otra de las empresas que licitarían. Eso hizo el empresario constructor y la compañía que escogió trabaja intensamente en Texcoco, con los beneficios económicos correspondientes para su inmejorable gestor.
25 de Abril de 2024