El 60% de los menores están huyendo de la violencia, la cual proviene de actores criminales organizados o de sus propios hogares.
Lejos de disuadir a los migrantes centroamericanos de emprender el viaje rumbo a los Estados Unidos de América, el Programa Frontera Sur de México ha provocado cambios en las rutas y un aumento indiscriminado de las detenciones y deportaciones, siendo los menores no acompañados los más afectados con esta política anunciada el pasado 7 julio de 2014, por el presidente Enrique Peña Nieto.
Actualmente el Instituto Nacional de Migración (INM) deporta a más del 85% de los niños y los adolescentes migrantes no acompañados de América Central. Con esta acción, el gobierno mexicano no está acatando las reformas de 2011 de su Ley de Migración, entre ellas el requisito de desarrollar un procedimiento para realizar determinaciones del interés superior de los niños y los adolescentes migrantes antes de repatriarlos.
Los menores están siendo detenidos y deportados tan rápidamente que las organizaciones de la sociedad civil, los defensores de derechos humanos y los abogados de asilo tienen muy pocas oportunidades de escuchar sus historias acerca de lo que experimentan en México o los motivos por los cuales salen de sus países.
Las razones que estos niños y jóvenes tienen para salir sus países de origen son complejas e interrelacionadas, mismas que solo pueden ser entendidas si se examina a fondo cada situación y si se toman bajo un contexto. De acuerdo con un informe realizado por el Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR), el 60% de los menores están huyendo de la violencia, la cual proviene de actores criminales organizados o de sus propios hogares. https://bit.ly/1ODe6Ut
Desde 2009, el ACNUR ha registrado un número creciente de solicitantes de asilo – tanto de niños como de adultos – de El Salvador, Honduras y Guatemala. Los EUA han registrado la cifra más grande de solicitudes de asilo entre todos los países de asilo, con un aumento del 85% del total de nuevas solicitudes de individuos de estos tres países desde 2012.
El número de solicitudes de asilo igualmente ha aumentado en otros países vecinos, en conjunto, México, Panamá, Nicaragua, Costa Rica y Belice registraron un incremento del 435% en las solicitudes de asilo. Sin embargo, de acuerdo con la Oficina en Washington para Asuntos Latinoamericanos (WOLA, por sus siglas en inglés), el gobierno mexicano no ha reforzado sus esfuerzos para determinar si los migrantes enfrentan peligros al ser deportados.
“En lugar de ver este intenso movimiento de personas como una crisis de refugiados y de protección, el gobierno mexicano lo trata como un asunto de administrar grandes flujos de personas. Como resultado, muchos son deportados a situaciones peligrosas en sus países de origen”, advierte WOLA. https://bit.ly/23WlUT3
Lo anterior es detallado en el informe “Niñez y migración en Centro y Norte América: causas, políticas, prácticas y desafíos” dirigido por Center for Gender & Refugee Studies y la Universidad Nacional de Lanus; compartido por el Centro de Derechos Humanos Fray Matías de Córdova, que ha denunciado las malas prácticas de las autoridades mexicanas en la violación de los derechos de los menores de edad. https://bit.ly/1TioIVt
El informe advierte que después de abandonar su país de origen, los menores se enfrentan a mayores desafíos durante el tránsito, especialmente en México, “donde los actores gubernamentales y los carteles criminales acechan a los niños y sus familias con violaciones, secuestros, extorsiones o palizas, y donde las instituciones gubernamentales aplican políticas de control migratorio destinadas a castigar y disuadir la migración, en lugar de proteger a los niños y respetar sus derechos humanos”.
Asimismo que durante el tiempo que dura el proceso de deportación, los menores migrantes son recluidos en centros de migración, como si se tratara de delincuentes, en donde carecen de una buena alimentación, se viola constantemente su intimidad, no tienen acceso a servicios médicos y psicológicos y se encuentran confinados junto con adultos con los que no tienen relación familiar, exponiéndolos a graves peligros.
En el punto de las faltas de debido proceso, señalan que México no ofrece asesoramiento jurídico a los menores migrantes y no les proporciona ninguna información acerca de sus derechos, aunado a que no se les designa un tutor o un defensor de la causa de los niños y los adolescentes migrantes no acompañados, por lo tanto se ven imposibilitados para reclamar sus derechos o solicitar beneficios migratorios.
El tema migratorio es un eje importante en la relación bilateral México-EUA, a pocos meses de las elecciones presidenciales estadounidenses, el gobierno mexicano tiene oportunidad de mejorar el diseño e implementación de su política migratoria. Sobre todo, si el objetivo en México es el pleno respeto de los derechos humanos, es por ello importante que se trabaje en proteger a una de las poblaciones más vulnerables dentro de nuestro territorio: los menores migrantes no acompañados.
*Analista en temas de Seguridad, Justicia, Política y Educación. simon@inprincipioeratverbum.com.mx @simonvargasa facebook.com/simonvargasa Linkedin: simón-vargas-aguilar www.inprincipioeratverbum.com.mx *Si deseas recibir mis columnas en tu correo electrónico, te puedes suscribir a mi lista en el siguiente vínculo: https://eepurl.com/Ufj3n