La UNAM

16 de Abril de 2024

Jose Luis Camacho
Jose Luis Camacho

La UNAM

Con la apertura del ciclo escolar 2017-1 en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), las instalaciones de esta gran institución pública recibieron a más de 350 mil alumnos de nivel medio y superior; cifra histórica si tomamos en cuenta que es la primera ocasión que nuestra Máxima Casa de Estudios recibe a tan importante cantidad de alumnos de educación media superior y estudios propedéuticos, sumando 113 mil jóvenes; en educación superior, fueron más de 205 mil; y en posgrado, 32 mil estudiantes.

Aunque cada año se amplía la brecha de alumnos, y con ello, la dificultad y los estándares de competitividad para obtener un espacio en las aulas de clases en la UNAM, en esta ocasión únicamente 8% de los concursantes que presentaron el examen de ingreso a nivel licenciatura, lograron ser aceptado por nuestra; lo cierto es que se ha hecho un esfuerzo encomiable por ampliar la oferta de plazas para estudiar el nivel medio superior y superior, en una de las instituciones universitarias con mayor prestigio en Iberoamérica. En este sentido, el principal objetivo del sistema educativo en México debiera centrarse en lograr una paulatina universalización y en desaparecer el 5.5% de analfabetismo que existe en nuestro país; reto que en la actualidad es apremiante para los tres órdenes de gobierno, pero principalmente para la administración transformadora y coordinadora del Presidente Enrique Peña Nieto, quien ha propugnado por dar solidez y lograr la efectividad del sistema de evaluación docente, y quien a lo largo del presente sexenio, ha presentado consistentes proyectos presupuestales en materia educativa, mismos que han sido estudiados, discutidos, y aprobados por las Cámaras del Congreso de la Unión. La introducción constitucional de la obligatoriedad del Estado para garantizar la educación media superior, es uno de los rubros en los que actualmente se ha estado avanzando de manera paulatina y con pasos firmes, la cual tiene sus orígenes en la reforma realizada al artículo 3 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos; sin embargo, el artículo segundo transitorio de dicho decreto, ha señalado que este derecho humano deberá ser garantizado con las condicionantes de que las personas que hubieran concluido la educación básica, pero además que cuenten con la edad propicia para su grado académico; siendo éste un proceso que inició a partir del ciclo escolar 2012-2013, pero que plantea cubrirse de manera total y planificada para el ciclo 2021-2022. Por supuesto, se trata de una obligación que le corresponde al Estado mexicano, pero que deben ser impulsadas de manera paralela por las propias instituciones de educación media superior, y en donde la UNAM tiene un indispensable papel para participar en este proceso, por medio de un adecuado ejercicio de los recursos públicos, debiendo adecuar su infraestructura y la plantilla docente para seguir recibiendo paulatinamente un mayor número de estudiantes. El hoy rector de la Universidad Nacional Autónoma de México, Enrique Graue Wiechers, quien es cuatrero de formación, académico de corazón y médico oftalmólogo de profesión, se encuentra en la encrucijada de un periodo de transformaciones que le tocará enfrentar durante su gestión 2015-2019, periodo durante el cual, deberá impulsar el fortalecimiento institucional para poder recibir a la futura plantilla académica ampliada y junto el gobierno deberá estar preparado para atender las nuevas realidades, consecuencia de este proceso de transformaciones. Para el ciclo que acaba de iniciar, los planteles de la Escuela Nacional Preparatoria (ENP) y los Colegios de Ciencias y Humanidades (CCH), recibieron en esta ocasión más de 36 mil alumnos de primer ingreso, aumentando los lugares disponibles en poco más de mil con respecto al año pasado. Por lo que respecta a la educación superior, la UNAM se ha encontrado preparada para recibir a más de 44 mil estudiantes de nuevo ingreso a alguna de las 117 licenciaturas que actualmente se encuentran disponibles, de las cuales cuatro son de reciente aprobación por el Consejo Universitario en 2014. En efecto, nuestra Máxima Casa de Estudios y su histórico papel que ha tenido como institución de educación, formadora de millones de profesionistas mexicanos y extranjeros, es uno de los actores que deberán avanzar por la vía de la generación de oportunidades para que, en la medida de sus capacidades, humanas y materiales, pueda ir ampliando algunos espacios para los jóvenes mexicanos. Si bien, es justo, necesario y realista reconocer que las capacidades de nuestra alma mater se encuentran sobrepasadas en cuanto a la total demanda de jóvenes que desean ingresar al nivel educativo medio superior y superior; lo cierto es que la UNAM tiene el papel indispensable como formador de profesionistas y docentes, quienes serán los encargados de impartir clases a nuevas y futuras generaciones de alumnos, pero también quienes son los tomadores de decisiones que deberán abogar por cumplir los objetivos planteados por el gobierno en materia educativa. Por supuesto, se trata de un reto nada sencillo de asumir y aún más cuando se toman en cuenta las capacidades espaciales y presupuestales de nuestras instituciones de educación superior en México; sin embargo, los objetivos a largo plazo planteados en materia de obligatoriedad de la educación media superior, deben tener como aliados, en primer lugar, a los actores gubernamentales en su respectivo nivel de competencia; pero también, a instituciones de educación media superior y superior como la UNAM, la cual, mediante el trabajo realizado por su rectoría encabezada por el Dr. Enrique Graue, tendrán un papel fundamental para hacer una sólida sinergia ante esta gran esperanza para los mexicanos, que es la universalización de la educación, así como la concreción de las acciones preparatorias.

@jlcamachov