“A los tiranos no se les apacigua. A los tiranos se les enfrenta”.— Enrique Krauze
Mis amigas me invitaron a marchar a favor de la familia “normal”, que según ellas, es la natural; la que tiene papá, mamá e hijos, dijeron. Pues desde ahí, el gallo clavó el pico. Yo soy a mucha honra, hija de una mujer que se hizo cargo de mis hermanos y yo —ella sola—porque mi padre un día se largó por cigarros y no volvió. No soy hija de una familia “normal”, ni lo son la gran mayoría de familias mexicanas que son dirigidas por una mujer o un hombre solo. Entiendan que el que haya dos seres que colaboren en la procreación, sea por un óvulo un esperma, no los califica como madres ni como padres. Y que vivan juntos, no los hace una “familia normal”. ¿Qué pasa con los divorciados? ¿No son familia? ¿Los que no pueden tener hijos?...
Me dijo una, que ella iba a la marcha, no porque se opusiese a los homosexuales sino porque se opone a que se puedan casar, por antinatural. ¡Qué vergüenza de argumento! Vaya, no hay nada más antinatural que el matrimonio. ¿O ustedes creen que los neandertales se casaban? ¿Lo hacen los simios? De verdad, ¿con ese argumento les quieren negar que tengan los mismos derechos que las personas que tienen otra orientación sexual? El matrimonio es una creación humana, producto de la evolución social y cultural. No lo creó Dios sino los hombres y se hizo con fines de protección de derechos y cumplimiento de obligaciones. En serio, ¿con qué huevos van a negarle a alguien los mismos derechos porque a ellos les gusta el cereal y no la fruta? Es como decir que un indígena no tiene derecho a ir ante notario para generar un testamento porque no es “natural”. ¡No jodan!
¿Por qué negarle a alguien un acto jurídico igualitario? A quien me conteste que el matrimonio es únicamente para la unión de personas de distinto sexo, que por piedad estudie algo de historia y verá que desde hace miles de años, eso no es cierto. A quien me argumente que es la institución única para la reproducción de la especie, que por favor demanden entonces que aborten a los bebés procreados fuera de esa “institución” y anulen por decreto, a todos los matrimonios de quienes no pueden o no quieren tener hijos. ¿Lo entienden? ¿Ven el absurdo? Al negarles a otros la figura civil —no religiosa— de unión, les están discriminando y les están negando sus derechos humanos. ¿Quieren negarle el tratamiento contra el cáncer en el IMSS a una mujer porque desde hace tres décadas vive con una mujer a la que ama?
Finalmente, otra de mis amigas me dijo que apoyó la marcha porque quiere reclamar el derecho que tiene de educar a sus hijos. ¿Cuándo se nos quitó ese derecho?. Me contestó que cambiaron los libros de texto para modificar los valores familiares. No es cierto. ¿Qué hay de eso que dijo Cristo que “la verdad os hará libres”? Yo he revisado los libros de mis hijos y no tienen nada de extraño. Hagan uds. lo mismo. ¿De dónde sacaron esa información? y me contestaron que de fotos han estado circulando chats de mamás de la iglesia. Fotos de libros que reconocí y que no son de la SEP sino de una editorial extranjera. “Vente aunque sea para estar con la gente bien”, argumentó otra más. Perdón. Yo prefiero estar con la gente de bien, más que con la gente “bien”.
Me mostraron un volante que les dieron afuera de la parroquia. Decía que de aceptarse la propuesta de matrimonios igualitarios de EPN, sucedería cualquier sarta de idioteces, como que en la escuela en prescolar, a tus hijos los puedan vestir de niño o niña para que decidan sobre su orientación sexual. ¿Por qué, maldita sea, no leen la propuesta de ley antes de creer las mentiras de Dabdub y de curas poco éticos que van contra lo dicho por el Papa? Me pidieron que fuese tolerante. ¿Hay que tolerar a los terroristas? ¿Tolerar a los que abusan de otros? No amigas, examigas y amigos. Yo no concuerdo con esos engaños para discriminar. Sepan que tolerar a los intolerantes, es convertirse en cómplice. Y yo no soy ninguna cómplice de discriminación contra nadie.
@Zolliker