La Villana

25 de Abril de 2024

Luis Alfredo Pérez

La Villana

El Presidente cumplió su palabra, y la Primera Dama salió a la palestra para dejar claro que la llamada Casa Blanca mexicana es tan blanca que en ella no hay ni sombra de corrupción. Desconozco si sus explicaciones fueron convincentes (prefiero no preguntar), pero a mí lo que me fascinó fue el evento desde la perspectiva pop.

Vaya por delante que, según mi experiencia, Angélica Rivera tiene razón al afirmar que las telenovelas mexicanas son muy populares. Un taxista ruso con el que conversé en Boston me dijo que su mamá, que seguía en Rusia, no se perdía ni una de Verónica Castro; años más tarde, tomando una cerveza en Praga, vi que la televisión del bar estaba sintonizada en Cañaveral de Pasiones o algo por el estilo; después conocí a una griega que decidió aprender español tras ver Corazón Salvaje en la sala de su casa en Atenas; y hace apenas un mes, como hecho adrede, una alumna chipriota me dijo que era fan de los bodrios, perdón, de las telenovelas mexicanas.

De manera que es verdad, las telenovelas Made in Mexico se ven en muchos países; eso no significa sin embargo que sean ejemplos de lo sublime. Al contrario, podemos expresar este fenómeno de una manera más inquietante: el hecho de que las telenovelas mexicanas se consuman con deleite en muchas partes del mundo nos habla de lo mal que andamos en general.

Pero ya que la vida de Angélica Rivera parece producto de la enfebrecida imaginación de un guionista de telenovela mexicana ––“Mujer humilde asciende hasta casarse con el Presidente de México, para después despeñarse presa de los malévolos juegos de poder de sus rivales”––, quizá por eso le pareció natural dar explicaciones con un video.

O su profesión la traicionó.

En todo caso, perdió de vista que una Primera Dama dando explicaciones en YouTube se convertiría en una imagen memorable del mundo moderno. Y que el evento alcanzaría estatura kitsch porque al verla dar explicaciones resultaría imposible no preguntarse si estaba actuando o si es así en la vida real. A ratos parecía la heroína posmoderna de una telenovela, a ratos, con sus hojas en la mano, una presentadora de noticias, y en algunos momentos una política ardida, presta a la demagogia: “Ustedes tienen el derecho de conocer la verdad.”

De acuerdo, pero, ¿entonces por qué el dramatismo de su tono, la vehemencia de sus gestos, la manera en la que la voz la temblaba de indignación? Registros todos que quizá sean convenientes cuando se hace el papel de chica-del-campo que llega a la Gran Ciudad (donde no perdamos de vista que probablemente tendrá que luchar por el Amor de su Vida), pero no cuando se es la esposa del Presidente.

¿Qué fue antes y qué después? ¿Habla así porque salía en telenovelas, o salía en telenovelas porque habla así?

Que no haya sido capaz de filmar siete minutos sin necesidad de recurrir a edición, a pesar de tener sus apuntes en la mano, es una muestra de lo alterada que estaba –– o de lo poco exigente que es filmar una telenovela. Por no hablar de lo ramplón de la escenografía y el decorado, magníficos ejemplos de la estética Televisa.

(Hablando de Televisa, imagino la escena estos días en las oficinas de sus directivos: el desfile de actrices pidiendo explicaciones de por qué a ellas les pagan menos.)

Pero no hay que ser muy brillante para comprender el por qué de este autogol. Vaya a Google, introduzca el nombre de la Primera Dama de México, y vea las imágenes que aparecen. Una de las cosas que seguramente le retumba en sus oídos son las voces que se cuestionan su idoneidad para el cargo: debe escuchar todo el tiempo que no tiene la propiedad, la personalidad o los antecedentes para serlo. Así que en su esfuerzo por mostrarse a la altura y sin tachas se pasó de fervor.

¿Quién la habrá asesorado? ¿Quién le habrá dado luz verde a exponer sus explicaciones de esta manera? Recuerdo que de Verónica Castro decían que la vestía su peor enemiga. ¿Qué podemos decir de la persona responsable de Relaciones Públicas de Angélica Rivera?

El principal problema de las explicaciones que dio, en resumen, es que cuando salía en telenovelas solía ser la heroína, pero en su video de YouTube habla y gesticula como si fuera La Villana.

Twitter: @luisalfredops