Los presidentes Enrique Peña Nieto y Barack Obama hablaron este miércoles por teléfono. Quién hizo la llamada no está claramente dicho pero el jefe de la Casa Blanca, dicen los que saben, tenía muchas preocupaciones por la violencia que se está dando en México. Obama tiene informes de sus servicios de inteligencia que las cosas en México están, en términos de desestabilización, más graves de lo que los propios mexicanos estiman, y ya se lo hicieron saber al gobierno de Peña Nieto a través de conductos diplomáticos. La Casa Blanca ya no está siquiera en el tema de la incertidumbre jurídica que tienen los potenciales inversionistas estadounidenses en el sector energético, sino que en Los Pinos no puedan terminar de resolver la crisis de gobernabilidad. Los mexicanos en posición de saber cómo están las cosas, por el contrario, están bastante tranquilos. Oséase, una de las dos partes está equivocada en el análisis. Y como quien puede decir chovinistamente, mejor que sean los gringos.
24 de Abril de 2024