Este lunes el PRI iba a dar a conocer la convocatoria para la Asamblea General Ordinaria que por razones no claras, el presidente del partido, Enrique Ochoa, adelantó. La Asamblea había sido aprobada para realizarse dentro de la primera quincena de noviembre, pero ahora será el 12 de agosto, después de las elecciones en el Estado de México. La convocatoria, que también fue firmada por la secretaria general del PRI, Claudia Ruiz Massieu, no tiene ninguna sorpresa y está acotada. Los ocho mil delegados que se espera participarán, no tienen márgenes de movimiento. La convocatoria saldrá en breve, después de que don Enrique optó por congelarla, porque al estallar un nuevo videoescándalo con una militante de Morena, prefirió dedicar su tiempo-aire-propaganda, a descalificar al jefe de ese partido, Andrés Manuel López Obrador, y aprovechar la coyuntura para tacharlo de corrupto. Don Andrés Manuel, como lo hace con Ochoa, ni lo vio, ni lo escuchó.