Las razones de Villanueva

16 de Abril de 2024

María Idalia Gómez
María Idalia Gómez

Las razones de Villanueva

IDALIA

El exgobernador Mario Villanueva fue, por décadas, uno de los políticos más poderosos del sureste, no sólo por su capacidad económica y vínculos políticos, sino por el control regional que logró tener. Ahora, 18 años después de que dejara el poder en su estado, regresa a México distinto, más enfermo y en estado de vulnerabilidad.

Es el único gobernador que hasta ahora en México y Estados Unidos ha sido declarado culpable de proteger y beneficiarse del narcotráfico, y que además ha compurgado, en suma, casi 13 años en prisión, pero aún le quedan unos 16 o 17 años más por cumplir en México.

Si bien en nuestro país, como parte del juicio, extrañamente no le fueron decomisados todas sus fincas, casas y demás bienes, lo cierto es que su poder personal se esfumó, dejó de tener influencia política, grupo de amigos poderos y capacidad de negociación. Y luego la prisión se encargó del resto, le quitó la salud y debió destinar una parte de su fortuna a pagar abogados y hospitales.

La figura de un hombre que fue tan poderoso, tanto que sintió la capacidad de confrontar al entonces presidente Ernesto Zedillo, regresó a México sin privilegios, por el contrario, lo hizo en uno de los vuelos de repatriados, entre los otros connacionales que cometieron algún delito o que pidiron voluntariamente regresar a nuestro país, y debió esperar desde el 23 de diciembre a tener un lugar en ese vuelo.

En estas condiciones, su familia teme por su salud, así lo han dicho a funcionarios y amigos que los han querido escuchar, aunque no todos tuvieron el ánimo de ayudar. Aunque para este gobierno no representa una carga Villanueva, tampoco pueden darle todas las facilidades para que se vaya un hospital o hasta le permitan prisión domiciliaria, consideran que sería mal visto en medio de tantos desatinos y tropiezos económicos, políticos y en materia de seguridad que han tenido, especialmente en las últimas semanas.

Decidieron tramitar un amparo directo a favor del ex gobernador para impedir que reingrese al penal de máxima seguridad de El Altiplano, en el Estado de México, cuando toque tierra. El juez les otrogó la suspensión de plano e hizo responsables de su salud a la Procuraduría General de la República (PGR), la Policía Federal Ministerial, y al Órgano Administrativo Desconcentrado de Prevención y Readaptación Social de Gobernación. De no proteger la integridad de Villanueva, lo que considera hasta un hospital de ser necesario, señala la resolución judicial, se les puede acusar de tortura y abuso de autoridad.

El ex gobernador padece EPOC, enfermedad pulmonar obstructiva crónica y para su atención requiere tratamiento permanente especializado. De acuerdo a su historial médico en la Clínica del Centro Correccional Metropolitano de Nueva York, en donde permaneció internado entre 2010 y 2014, además de confirmar que padece EPOC, se suman dos padecimientos más: asma e hipertensión.

En la demanda de amparo, Villanueva Madrid argumentó, entre otras cosas, que tiene el derecho a la salud “en relación a lo establecido en las 100 reglas de Brasilia Sobre Acceso a la Justicia de Personas en Condición de Vulnerabilidad” y que se vio obligado a acudir ante el Poder Judicial de la Federación “para evitar que se violenten mis derechos humanos, pudiendo causarme un perjuicio irreparable”.

“Si bien es cierto que fui encontrado penalmente responsable de los ilícitos que se imputaron en mi contra, es dable solicitar que a mi llegada a la Ciudad de México o al Estado donde decidan ingresarme en un Centro de Reinserción Social, previo a ello se valore mi estado de Salud y las consecuencias de la misma, debiendo informar a la autoridad responsable del tipo de enfermedad, recomendaciones para el tratamiento, cuidados médicos necesarios, tipo de medicamentos, ambiente para la mejor respuesta del tratamiento, características climáticas para la mejor respuesta al tratamiento, y las consecuencias fatales en caso no cumplir las mismas. Lo anterior para los efectos de no provocar sufrimientos que pudieran constituir una pena cruel, causando un deterioro irreparable a mi salud”.

Así fue como, a través de la justicia, el que era uno de los políticos poderosos de México, prácticamente pidió clemencia.