Hablando de la Fiscalía General de la República, esta semana se nombró al jefe de la Policía Federal Ministerial (PFM), Kayosci Guerrero Ortega, quien debió pasar más de dos meses de un proceso que pretendía elegir de entre los agentes al mejor. Dicen los que saben que Alejandro Gertz Manero quedó muy satisfecho con el método de selección y ya le pidió al comandante que empiece a limpiar la corporación y reorganizarla, porque como está no es confiable, por eso los ha mantenido casi sin trabajo. Sin embargo, algo que deberá atender también al señor Kayosci es el gran descontento interno, porque si bien los policías ministeriales le reconocen antigüedad, no le ven méritos para tener el mando, pues aseguran que siempre ha sido personal administrativo y nunca ha diseñado, ni siquiera participado, en un operativo de alto nivel. Otro problema que enfrentará es que varios de los seis agentes que fueron designados en diferentes cargos de la corporación por ser finalistas del mismo proceso, argumentan los descontentos, forman parte del equipo de Yuriria Torres Páez, persona de confianza del anterior jefe de la PFM, Vidal Díaz-Leal Ochoa, a quien le atribuyen poco trabajo y desarticulación de la dependencia; por ejemplo, uno de ellos, Crescencio Núñez, era hasta hace dos meses escolta de Torres Páez y ahora es director de Operación y Control.