Cada día nos maquillamos para ir a la escuela u oficina, aunque los fines de semana lo hacemos con más esmero de lo normal por los compromisos sociales, por lo que dedicamos varios minutos para lograr el maquillaje perfecto, pero accesorios como las brochas deben tener buenos cuidados.
Uno de los mayores problemas que nacen por la falta de higiene en estas herramientas son las infecciones generadas por bacterias y la contaminación en los maquillajes, lo que te obliga a recurrir al médico y aprender, por la mala, que es indispensable tenerlos en óptimas condiciones.
Debes lavarlos por lo menos cada dos semanas, aunque lo ideal es una vez por semana. Si la brocha es de maquillaje, debe ser diario y en cuanto termines de utilizarla.
Hacerlo es posible sólo con jabón y agua, aunque existen líquidos elaborados por las casas de maquillaje, específicamente para las brochas e ideales para lavarlos de forma sencilla.
Moja las brochas con agua ligeramente tibia y de manera individual. Evita mojar la parte del nacimiento de las cerdas para que el pegamento no se desprenda y no cambien de estructura. Coloca unas gotas de jabón de bebé o del limpiador especial en un recipiente e introduce las brochas de forma giratoria y constante para lograr que salga el producto estancado.
Presiónalas para que queden fuera los residuos y repite hasta que el agua que salga de las brochas se vea clara. Enjuaga y seca suavemente sobre una toalla para que absorba el agua y no pierda su estructura.
Déjalas secar y ¡listo! Adiós a las bacterias.
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