Lecciones de una madre

24 de Abril de 2024

Tuni Levy

Lecciones de una madre

mark-twain-writing

A Mark Twain le tocó la vida del siglo XIX, la de la esclavitud en Norteamérica, la del sistema de plantaciones. En su autobiografía describe cómo para la sociedad en la que vivía, tener esclavos estaba bien: “Los periódicos locales no decían nada en contra, los púlpitos locales nos enseñaban que Dios la aprobaba, que era una cosa sagrada”.

“Hubo, sin embargo”, explica Twain, “un pequeño incidente en mi infancia que tocó este tema. Teníamos un pequeño niño esclavo que habíamos contratado por alguien en Hannibal (Mississippi). Había sido comprado y alejado de su familia y amigos. Era un espíritu alegre, inocente y gentil, y probablemente la creatura más ruidosa que existía. Todo el día cantaba, chiflaba, gritaba, -era enloquecedor, devastador, inaguantable. Finalmente, un día, perdí la paciencia, y fui furioso con mi madre, y le dije que Sandy había estado cantando por una hora sin parar, y ya no lo soportaba, y que si por favor lo podía callar. Se le llenaron los ojos de lágrimas y sus labios temblaron y dijo algo así -pobre niño, cuando canta se ve que no está recordando, y eso me reconforta; pero cuando está quieto, temo que esté pensando y eso no lo puedo soportar. Nunca volverá a ver a su madre, si puede cantar, no lo voy a impedir, pero estaré agradecida por ello, si fueras mayor lo entenderías y el ruido de ese niño sin amigos te alegraría”.

“Fue un discurso corto”, agrega Twain, “y formulado de pequeñas palabras, pero me hizo sentido y el ruido de Sandy dejó de ser un problema para mí.”

El autor de Tom Sawyer y Huckleberry Finn creció e incorporó en su literatura y en su discurso su posición antiesclavista, posiblemente producto de las lecciones de su madre.

Para 1863 la esclavitud en Estados Unidos había sido abolida, Twain vivió para verlo.

(Texto de Mark Twain extraído de María Papova, Brainpickings)