En los poco más de siete meses de la nueva administración federal, el coordinador de Vinculación Internacional del FCE, Marco Barrera-Bassols, asegura que encontró un sello editorial con un pasivo de un millón 300 mil dólares, miles de libros en bodega, una operación general en números rojos y un perfil desdibujado.
“Estaban aparentemente en activo, pero en realidad habían sido cerradas hace algunos años. Aún falta hacer trámites para desaparecerlas. Las encontramos en una situación de inexistencia”, señaló el funcionario en entrevista con Excélsior.
Así habla Barrera-Bassols sobre las filiales que pronto cerrarán en Caracas (Venezuela) y São Paulo (Brasil), dos de las 10 sedes que existen en distintos países de Latinoamérica, Estados Unidos y España.
Explica que en Venezuela queda una bodega con cerca de 80 mil libros, que “estamos viendo a dónde los trasladaremos”, mientras que en Brasil existen cinco mil volúmenes en almacén, que movilizarán este año a Bolivia, país que dedicará a México su Feria Internacional del Libro.
Sostiene que las filiales de Argentina, España y Colombia deben tener una reestructuración urgente.
En Buenos aires, existe venta de libros en dos de sus cuatro pisos, en un momento donde la industria del país se encuentra deprimida.
Mientras en España, tienen pérdidas acumuladas de más de 7.5 millones de euros (unos 170 millones de pesos), y más de medio millón de libros guardados en bodegas, pasó lo reveló Paco Ignacio Taibo II, en días pasados.
Barrera-Bassols
señala que en Colombia, la sede del FCE actualmente es más un Centro Empresarial y Comercial que Cultural, aunque tiene buenas ventas tiene 300 mil libros en bodega.
Al hablar de la sede chilena, el el coordinador de Vinculación Internacional del FCE sostiene que es la única sana, respecto a otras, aunque sus ventas dependen del Estado. (Con información de Excélsior) RB