Por Juan Carlos Rodríguez Andrés Manuel López Obrador enlistó las principales acciones a seguir durante su sexenio, pero también dejó en claro qué no hará en su mandato, con lo que se vacunó contra los reclamos de sus malquerientes. El tabasqueño hizo alusión a los personajes históricos que desde hoy forman parte del logotipo oficial del gobierno federal. Dijo que además de ser admirador de Benito Juárez y Lázaro Cárdenas, también es seguidor de Francisco I. Madero y, por tanto, guardián del principio de no reelección, por lo que se comprometió a no buscar la Presidencia en 2024. Lo que sí buscará López Obrador es hacer cambios rápidos y profundos para que, si por alguna circunstancia, los corruptos vuelven al poder cuando él se vaya, les cueste trabajo dar marcha atrás a la transformación. “Que no sea fácil retrogradar”, dijo el mandatario parafraseando a los liberales del siglo XIX. El segundo “no” de AMLO fue el relativo a la deuda nacional. Admitió que sus acciones y programas requieren recursos, pero prometió a los ciudadanos no elevar la deuda pública. Recordó que cuando Vicente Fox llegó al poder, en el 2000, la deuda del país era de 1.7 billones de pesos, cifra que se elevó a 5.2 billones en 2012, cuando terminó el sexenio de Felipe Calderón. Ese fue el periodo de mayores ventas de petróleo al exterior, pero “todo se derrochó y se fue por el caño de la corrupción”, dijo el Presidente, quien agregó que para 2017 la deuda creció a 10 billones. El tercer “no” de López Obrador fue para los funcionarios corruptos de administraciones pasadas, pues propuso una idea de “punto final” y no investigar los atracos del pasado. No obstante, el nuevo jefe del Ejecutivo aclaró que si la gente, a través de una consulta, pide ajustar cuentas con exservidores públicos, entonces si se procedería legalmente. MAAZ
20 de Abril de 2024