¿Mancera candidato 2018?

19 de Abril de 2024

Lorena Becerra

¿Mancera candidato 2018?

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@lorena_becerra

Si a estas alturas alguien considera que Miguel Ángel Mancera puede ser un candidato viable a la Presidencia de la República en 2018, no ha prestado atención a los últimos tres años de gobierno en el Distrito Federal. Mancera tomó posesión con uno de los capitales políticos más altos que un gobernante puede tener. Gozaba de un gran legado por parte de sus antecesores que crearon una amplia red de apoyos sociales (con elementos altamente clientelares). También contaba con el dominio del PRD tanto a nivel delegacional como en la Asamblea Legislativa. Resultó electo con una votación del 64% -más que López Obrador mismo en la capital– y un margen de victoria de más de 40 puntos porcentuales sobre el segundo lugar. Inició su gestión con altos niveles de aprobación – algunas encuestas, como Parametría, incluso registraron sus niveles de aprobación por encima del 80% en los primeros meses de gobierno.

No obstante, el Jefe de Gobierno desaprovechó todas esas ventajas en una gestión gris que ha sido plagada de malas decisiones. Peor aún, Miguel Ángel Mancera después de tres años de gobierno carece claramente de una marca personal en su gobierno. No tiene un logro claro por el cual ser identificado y, en cambio, sí ha acumulado una serie de desaciertos. Ahora inicia su segundo trienio tras una importante derrota electoral del PRD en diversas delegaciones, con la fuerte presencia de Morena en la Asamblea y con una opinión pública que ya no lo favorece. La pregunta obvia es, ¿cómo podrá este gobernante ofrecer mejores resultados ahora, si cuando todo estaba a su favor exhibió un desempeño tan lamentable?

Las encuestas publicadas nos muestran diversas caídas en la aprobación del Jefe de Gobierno. La primera a finales de 2013 atribuible a su mal manejo de las marchas y plantones. Posteriormente, a mediados de 2014 tras el endurecimiento en las medidas del programa Hoy No Circula. Y más recientemente por la temática de inseguridad que se agravó con los homicidios en la Narvarte. Actualmente el 79% de la población considera que los problemas están rebasando al Jefe de Gobierno, según la última encuesta de El Universal. También se observa una falta de credibilidad en lo que concierne a la reinauguración de la Línea 12, según el periódico Reforma –57% de la población duda que el gobernante cumpla con las fechas prometidas.

Las tres mediciones más recientes –Reforma, El Universal y Buendía y Laredo– nos permiten observar el deterioro en la imagen del Jefe de Gobierno. El escenario menos extremo lo plantea Buendía y Laredo con una aprobación empatada a la desaprobación en 45% y una caída histórica no tan drástica. Sin embargo, la última medición de esta casa encuestadora exhibe la ausencia de logros reconocibles en mención espontánea por la población. A la pregunta “¿qué es lo mejor que ha hecho hasta ahora el Jefe de Gobierno?”, el 59% de la población responde no saber o, simplemente, nada. En contraste, existen picos claros en donde la población responde espontáneamente a lo que cree que es lo peor que ha hecho Mancera, como el aumento a la tarifa del metro en febrero de 2014, los cambios al programa Hoy No Circula en septiembre de 2014 y los problemas con la Línea 12 desde septiembre de 2014.

La encuesta de Reforma, por su parte, arroja una cifra de 55% de desaprobación y 37% de aprobación en población abierta. En el segmento de líderes de opinión se observa un escenario más radical con un 67% de desaprobación y 32% de aprobación. Los líderes están más a favor de los recientes cambios de gobierno mientras que el 49% de la población considera que el trabajo del gobierno permanecerá igual. Los temas peor evaluados son corrupción, comercio ambulante y seguridad pública con un 78%, 64% y 62% de desaprobación, respectivamente, que es aún más elevado en la encuesta a líderes. En particular, corrupción y seguridad pública muestran un deterioro en el seguimiento histórico.

La medición de El Universal es la que coloca la aprobación en el nivel más bajo de todas con 26% y una desaprobación de 50%. La temática de mayor preocupación se concentra en la inseguridad y la violencia y los rubros peor evaluados son inseguridad, marchas y plantones, y narcomenudeo. Únicamente el 7% de la población considera que ha logrado mejorar la corrupción en el gobierno capitalino, el 10% en la policía, el 18% que ha logrado mejorar la delincuencia y el 19% el tránsito vehicular. Los temas mejor evaluados son atención a mujeres y agua, de acuerdo con El Universal y cultura y agua, según Reforma.

A partir de estas cifras podemos formular las siguientes conclusiones. En primer lugar, el desgaste en la aprobación es mucho mayor que el que se observaría naturalmente como consecuencia del ejercicio de gobernar. En segundo lugar, las principales caídas en apoyo no se explican por eventos exógenos, sino por la mala reacción, el mal manejo, o las malas decisiones ante episodios específicos, o a temas creados por el mismo gobernante. En tercer lugar, la aprobación parece tener un techo claro en cada uno de los seguimientos de las distintas fuentes y, aunque de pronto existen repuntes, o son pequeños o no duran lo suficiente. En cuarto lugar, la ausencia de un sello de gobierno ha hecho que la imagen del Jefe de Gobierno sea endeble y, como resultado, se han posicionado de manera natural la inseguridad y la corrupción como temas por los cuales será evaluada la gestión de Mancera. Por último, las medidas percibidas como dañinas a las familias – el aumento en la tarifa del metro y el programa Hoy No Circula – ayudan a lastimar la imagen de cercanía con la gente por la que se caracterizaba el PRD y hacen poco creíble esa bandera para el Jefe de Gobierno a futuro.

A pesar de esto, en la rendición de su tercer informe de gobierno observamos a un Jefe de Gobierno apaciguado, desconectado y con pocas respuestas y propuestas ante los cuestionamientos de los partidos de oposición. Si Miguel Ángel Mancera no es capaz de construir una agenda clara de gobierno y con logros visibles para la población, no contará con una marca personal de gobierno, muy a diferencia de sus antecesores. Ante ese escenario, no sólo no será un candidato viable a la presidencia, sino que su gestión terminará de abrir la puerta para la victoria de Morena en el Distrito Federal en 2018.