Un millón de personas, según los organizadores, participaron hoy en una manifestación en la capital italiana contra la reforma laboral del gobierno de Matteo Renzi.
Convocada por la Confederación General Italiana de los Trabajadores (Cgil), la principal central gremial del país, la protesta concluyó en la plaza San Juan de Letrán de Roma.
La secretaria general de la Cgil, Susanna Camusso, reivindicó el derecho a protestar contra una reforma que prevé derogar el artículo 18 del Estatuo de los Trabajadores, que contempla la reintegración de los trabajadores despedidos injustamente.
Camusso anunció que la movilización continuará y dijo que no se descarta proclamar la huelga general.
“La jornada de hoy no es sólo un paréntesis. La Cgil está lista para continuar su protesta para cambiar la reforma laboral de este gobierno, incluso con la huelga general”, declaró desde un palco en la plaza.
“Somos más de un millón”, dijeron portavoces del sindicato, mientras los participantes exigieron crear empleos y criticaron la política social y económica de Renzi.
Entre los puntos más polémicos de la reforma de Renzi está la modificación del Artículo 18 del Estatuto de los Trabajadores del 20 de mayo de 1970, que protege a los profesionales de empresas con más de 15 empleados contra los despidos improcedentes y avala su derecho a obtener una indemnización o a ser reintegrados en su empleo.
Algunos manifestantes comenzaron a entonar la canción “Bella ciao” -cantada por los partisanos durante la II Guerra Mundial en su lucha contra las tropas fascistas- y en la calles se pudo ver también a trabajadores de la Ópera de Roma despedidos recientemente.
En la manifestación participaron parlamentarios del ala izquierda del Partido Democrático (PD), al que pertenece Renzi, mientras el primer ministro encabezó en Florencia un simposio dedicado justamente a los temas laborales.
El jefe de gobierno, que no llegó al gobierno a través de elecciones sino de negociaciones parlamentarias, anunció que piensa gobernar hasta 2023.