Médicos y pasantes: en riesgo por el crimen organizado

23 de Abril de 2024

Simón Vargas
Simón Vargas

Médicos y pasantes: en riesgo por el crimen organizado

De 2008 a agosto de 2014, se contabilizaron 3 mil 174 denuncias de agresiones a médicos. Una de las profesiones que más ha padecido las consecuencias de la violencia, la inseguridad y el horror que ejercen los grupos del crimen organizado y los cárteles del narcotráfico en México, es la de los médicos. Desde que comenzó la llamada guerra contra las drogas, han soportado ser víctimas de agresiones, extorsiones, amenazas, secuestros e incluso asesinatos.

La violencia se extiende a los pasantes, quienes una vez que han completado su formación académica, son enviados a comunidades de todo el país a ejercer, esto con el fin de que presten su Servicio Social, el cual es un requisito obligatorio para la titulación, de conformidad con lo establecido en el artículo 5º constitucional y la Ley General de Salud. Lo hacen, sin embargo, sin garantía alguna de que su integridad estará a salvo.

Según cifras oficiales, en lo que va del año, tres médicos han sido asesinados en Guerrero, uno en Sinaloa y otros cinco fueron secuestrados en Veracruz, además de que existen innumerables casos de amenazas, secuestros exprés y levantones. Estos sucesos alarman y atemorizan al gremio, que nuevamente está alzando la voz para exigir a las autoridades mayores y mejores condiciones de seguridad. La crudeza y cercanía de los hechos les recuerda que la violencia en su contra no ha cesado, solo a veces parecer aminorarse.

Hace menos de tres años, a finales de 2012, la Asociación Mexicana de Facultades y Escuelas de Medicina (AMPFEM) se pronunció al respecto ante una ola de violencia en contra de los profesionales de la salud, y reportó que en los últimos seis años, al menos 71 médicos pasantes fueron amenazados, agredidos, secuestrados o asesinados en diversas entidades del país, sin que la Secretaría de Salud y las autoridades proporcionaran condiciones de seguridad de forma oportuna.

A esto se suma la información divulgada por la Federación Nacional de Colegios Médicos de México, que advirtió que de 2008 a agosto de 2014, se contabilizaron 3 mil 174 denuncias de agresiones a médicos, principalmente en clínicas rurales, donde resalta la extorsión, amenazas y secuestros; además de violaciones sexuales y homicidios.

De igual forma, en el año 2015, la Comisión Permanente del Congreso de la Unión dio a conocer que, según resultados de una investigación, 75% de los médicos pasantes y prestadores de servicio social de medicina en nueve estados del país habían padecido extorsión (presencial y telefónica), asalto a mano armada, robo de vehículo y violencia física, reafirmando que es en las zonas rurales donde se perpetraron en mayor medida dichos delitos. https://bit.ly/24i4IcJ

Las entidades en donde ocurren el mayor número de delitos perpetrados en contra de los médicos y pasantes son: el estado de México, Guerrero, Morelos, Veracruz, Hidalgo, Chihuahua, Tamaulipas, Michoacán y Sinaloa.

Ante toda esta evidencia y sobre todo las reclamaciones urgentes de ayuda, en junio de 2015, el Senado de la República aprobó un punto de acuerdo en el cual exhortaba a la Secretaría de Salud, así como a las autoridades encargadas de la seguridad pública de las 32 entidades federativas, para que desarrollaran e implementaran estrategias que garanticen la seguridad de los médicos pasantes, quienes al prestar sus servicios de salud en regiones con condiciones de violencia focalizada, son más vulnerables a sufrir agresiones directas debido a la función que desempeñan.

Se llegó a esta resolución luego de exponer un estudio de la Universidad Nacional Autónoma de México denominado “Condiciones de trabajo de los médicos pasantes mexicanos durante el servicio social”, en el que se detallaba, que la ausencia de seguridad era una realidad en las clínicas en donde prestaron sus servicios el 72% de los estudiantes entrevistados, que el 37% se sentían inseguros y que el 23% había pensado en renunciar por ese motivo. https://bit.ly/240pErP

Diez meses después, al menos en algunas regiones del país, el panorama es aún atemorizante. Médicos y pasantes que prestan sus servicios en puntos conflictivos de México, viven en constante asedio por parte de los criminales. Tanto es el miedo que en algunas comunidades la inseguridad ha provocado su éxodo, con consecuencias lamentables para sus habitantes, por ejemplo, durante el año pasado 16 centros de salud fueron cerrados en Guerrero por falta de personal médico.

El artículo 4° constitucional garantiza para todas las personas el derecho a la protección de la salud, corresponde entonces al Estado asegurar la asistencia médica de los ciudadanos. En las comunidades más alejadas y marginadas de México, gracias a los médicos pasantes se puede llevar un mínimo de atención médica, son lugares con tantas carencias, pobreza y marginación que sin ellos se carecería de la protección a la salud. La imparable violencia que afecta al sector hace casi imposible que puedan cumplir su labor y como consecuencia se pone en riesgo la salud de miles de mexicanos. *Analista en temas de Seguridad, Justicia, Política y Educación. simon@inprincipioeratverbum.com.mx @simonvargasa facebook.com/simonvargasa Linkedin: simón-vargas-aguilar www.inprincipioeratverbum.com.mx *Si deseas recibir mis columnas en tu correo electrónico, te puedes suscribir a mi lista en el siguiente vínculo: https://eepurl.com/Ufj3n