México adelante

20 de Abril de 2024

Luis M Cruz
Luis M Cruz

México adelante

Agustín-Carstens

México se atrevió a hacer la tarea, lo que le ubica en un mejor lugar en la expectativa mundial de crecimiento y desarrollo. Definitivamente, hacen falta más propuestas y menos lodo en las campañas electorales. 1. México adelante Los pronósticos se confirmaron y, como aconteciera en la Cumbre de las Américas, al realizarse en Washington DC la reunión de la Primavera 2015 del Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial, nuestro país resulta excepcionalmente evaluado en un contexto de desaceleración de crecimiento en el mundo, reducción drástica del precio del petróleo e inminente incremento en las tasas de interés de referencia, sobre todo en Estados Unidos y Reino Unido (FED y Libor) dada la eventual normalización de la política monetaria restrictiva que han seguido hasta el momento estos países. “Los mercados habrán de responder a las reformas estructurales mexicanas” diría el director del Banco Mundial, Jim Yong Kim, confirmando lo que viene siendo un contexto internacional favorable para nuestro país en los próximos meses. Hace falta repasar los números y las proyecciones para comprender mejor estas aseveraciones, que no suelen hacerse en los foros internacionales a la ligera o por simple cabildeo. Si se analizan los números de las expectativas prevalecientes conforme al análisis del Fondo Monetario Internacional, el pronóstico de crecimiento ajustado para México es de 3%. Este dado es sólido en la región latinoamericana, en donde Chile crecería 2.7%, Perú 3.8% y Colombia 3.4%, en tanto que los países del Mercosur estarían en reflujo, con Brasil y Argentina situados en -1% y sólo Uruguay en 2.8%. Para los países bolivarianos, la perspectiva luce desoladora, con Venezuela en el fondo del barril con -7%. Comparado con otras regiones con mayor dinamismo, México tampoco se ve mal, con la sola excepción de Asia, contra quien todos los países occidentales se ven disminuidos. En América del Norte, nuestros principales socios comerciales, Estados Unidos esperaría crecer 3.1% en tanto Canadá lo haría al 2.2%. Respecto de Europa, la Zona Euro estaría recuperándose hacia el 1.7%, siendo el Reino Unido, Alemania y Francia los mejor situados con 2.7, 1.6 y 1.5% respectivamente, en tanto que España crecería sólo 1.5%. En el caso de Asia, el Japón estaría saliendo ya de su recesión, situándose en perspectiva positiva con 1%; los “tigres asiáticos” creciendo por encima del 3% y, nuevamente, los países con mayor potencial de crecimiento en el mundo son China con 6.8% (sin embargo, muy por debajo del 10% al que solían hacerlo) y La India, ubicada en 7.5%. La danza de las cifras puede parecer complicada, pero revela una cuestión más que interesante en la apreciación que hacen los organismos multilaterales: el país se atrevió a hacer la tarea y a diferencia de otros, está en el inicio de la curva de expansión a partir de un 3%, con lo que podría estar agregando un punto adicional de crecimiento del PIB conforme las reformas estructurales vayan implementándose, teniendo como límite tres puntos adicionales, pudiendo ser el crecimiento al final del sexenio de un 5 ó 6%, dependiendo de la manera en que la implementación se concrete. 2. La perspectiva interna A siete meses de la noche trágica de Iguala, en la cual 43 estudiantes normalistas de Ayotzinapa fueron secuestrados, ultimados, incinerados y por todo ello, desaparecidos, en el país aún se vive la indignación por lo que no ha sido resuelto satisfactoriamente. No obstante que todas, todas las indagatorias apuntan en el sentido señalado por las autoridades federales y estatales, en donde más de cien criminales, policías y políticos involucrados están sujetos a proceso judicial por la responsabilidad demostrada en la comisión de los ilícitos, las heridas no dejan de sangrar. No ha sido posible demostrar una política de Estado en los hechos funestos, pero sí una falla de Estado y de Democracia que hizo posible que un grupo de delincuentes se apoderara del nivel local de gobierno para cometer esas y otras atrocidades, y ha sido el Estado mexicano el que ha establecido el orden, capturado a los responsables y los ha sometido al debido proceso judicial, actuando ahora, conforme a las recomendaciones de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, en la remediación de las causas y el establecimiento de medidas de no repetición de todo aquello que falló, incluida la mayor vigilancia posible sobre el proceso electoral actualmente en curso. En el horizonte, los costos de no haber actuado bien y a tiempo se siguen pagando. Hacia el interior del país se sigue percibiendo una fuerte ofensiva mediática con objetivos políticos para acosar al gobierno federal; como diría Raymundo Riva Palacio, “el gobierno está bajo fuego” de quien o quienes han sido agraviados por la injusticia o afectados directamente por el sentido de las reformas, que están combatiendo intereses monopólicos en educación, telecomunicaciones, sistema financiero, construcción o energía, combinado con cierto descuido en la relación con las empresas de medios, que en el “círculo rojo” están amplificando y alimentando el descrédito público. En ese contexto adverso, los logros de política pública que han llevado a que la economía no esté petrolizada ni haya sido puesta de rodillas por la drástica caída de los precios del crudo y otros commodities que en cualquier otra circunstancia y sin apertura energética habría acontecido, son en realidad minusvaluados. La inversión extranjera directa asciende a 66 mil millones de dólares en los dos primeros años del gobierno del Presidente Peña, que en cualquier otra circunstancia sería suficiente para demostrar la confianza de los inversionistas en México. El país no es ya sólo un país petrolero, representando el total de la industria petrolera tan solo el 10% del PIB. Tan sólo el balance neto de importaciones y exportaciones petroleras representó en 2014 un superávit de 1,450 millones de dólares, en tanto que el mismo neteo para el turismo arrojó un saldo favorable al país de 6 mil millones de dólares, es decir, el turismo es una industria que está teniendo una perspectiva sostenible como fuente de divisas en contraste con los ingresos petroleros. En lo que se refriere al sector manufacturero, el país es una potencia no sólo en la industria automotriz, que representa el 26% del PIB siendo muy pronto el “nuevo Detroit” o el primer productor mundial de automóviles y vehículos automotores; en total, el sector manufacturero representa el 65% del PIB. Ciertamente, los ingresos petroleros afectan la estabilidad y certeza de las finanzas públicas, en donde aún significan el 32% de los ingresos públicos, lo cual está buscando ser compensado con la reforma del gasto a partir del Presupuesto Base Cero y que, en mi opinión, debiera complementarse con una reforma del gobierno o de la administración pública. Aquí, se presenta otra vez la paradoja: en estricto sentido la perspectiva interna del país no está tan mal; a pesar del golpe petrolero y el ajuste anticipado al gasto público, las finanzas públicas no se cayeron ni afectaron excesivamente las expectativas de crecimiento del país más allá de lo que resultaría razonable suponer debido al impacto del contexto externo. Ello lleva a suponer, nuevamente, que en realidad estamos viviendo una crisis de percepciones: la gente cree que vamos mal y así lo exterioriza, sobre todo en plena temporada electoral en donde, ya hemos visto, los enfoques negativos están prevaleciendo sobre cualquier posibilidad propositiva. Los electores habrán de optar entre el cieno y las denuncias, como se ha estado viendo en ese deterioro paulatino de la política que se vive a través de los spots, o entre seguir haciendo la tarea para que a México le vaya bien y, en palabras del diputado Manlio Fabio Beltrones, las cosas buenas sucedan. 3. El marketing del lodo Al momento, las diferentes encuestas están perfilando un “empate técnico” entre el PRI y el PAN en la parte superior de la contienda, alrededor del 30% de las intenciones de voto; con otro empate en la parte inferior, entre el PRD, Morena y el Partido Verde, alrededor del 11% de las preferencias. Subsiste aún un amplio sector de votantes indecisos, caracterizados en el electorado volátil, también de un tercio de las preferencias que aún no perfilan el sentido de su preferencia y que, de decidirse, eventualmente podrían hacer la diferencia. De igual forma, luchando por su supervivencia, están cinco minipartidos, dos de los cuales podrían sobrevivir (Movimiento Ciudadano y el PANAL, rondando el 3%) anticipándose la muy probable desaparición del PT, el Partido Humanista y el de Encuentro Social, que pintan en torno al 1% de las valuaciones. Sin embargo, lo que también está registrándose es un crecimiento de la potencial abstención, es decir, el porcentaje de ciudadanos en edad de votar que muestran apatía, indiferencia o pleno encono para no ejercer el voto. Según Parametría, esta franja entre 18 y 35 años de edad, estaría yéndose hacia el 50% (inclusive el INE considera, en expresión del consejero presidente Lorenzo Córdova, que votaría el 40 a 45% del padrón). Esta situación estaría midiendo el desencanto de los ciudadanos con la política, el malestar prevaleciente (el “enchilamiento colectivo” según algunas expresiones, que está siendo alimentado con las sucesivas revelaciones de usos y abusos de recursos públicos con que se está documentando casi todos los días el pesimismo social) o el descontento, que es el principal combustible del que se está nutriendo el proverbial señor López. El Partido Morena está basando su éxito en el contraste entre los “malos políticos” y ellos, los “puros” que representa Andrés Manuel López Obrador. En el marketing del lodo, el que está ganando es el partido del señor López. De ahí que el potencial voto silencioso, el que suele integrar las “mayorías útiles” podría en realidad estar beneficiando al partido del señor López, montado como está en una más que anticipada campaña electoral presidencial. 4. La campaña anticipada por la Presidencia El otro efecto que están teniendo las campañas intermedias es el de posicionar a los partidos y eventuales candidatos ante la opinión pública, de cara a la siguiente estación electoral del 2018. Ante ello, el Instituto Nacional Electoral se ve impotente, no hace nada ni adopta recurso alguno para detener la campaña electoral que abiertamente realiza el señor López montado en la campaña de los candidatos de Morena, tanto para desmoronar a la desfalleciente formación de la izquierda parlamentaria que administra la franquicia del PRD, otrora proyecto de la unidad de las izquierdas (el “chuchismo-maoísmo” le dicen) como para atraer a esa mayoría silenciosa hacia una revolución electoral en 2018. Ante ello, la dirigencia perredista reaccionó destapando también a un gallo, que es el jefe de gobierno del DF, Miguel Angel Mancera, buscando equilibrar la balanza y contener el drene de bases y cuadros que está fluyendo hacia el Partido Morena. ¿No son éstos síntomas claros de una campaña presidencial adelantada? ¿Por qué no documentarla así y exigirle al INE que detenga esos actos propios de una campaña presidencial? Es claro que el INE no lo hará, pues pareciera que el fantasma de Woldenberg domina en el órgano colegiado. Las actitudes antisistema son las que le proveen legitimidad al INE, de ahí la dureza en las sanciones al Partido Verde, al que han dejado prácticamente sin prerrogativas debido a sus tácticas en el lindero de la legalidad, contrastando con la falta de medidas de contención ante los actos anticipados de campaña presidencial que están realizando las izquierdas. Total, como se había señalado dadas las características controversiales que derivan de las últimas disposiciones electorales establecidas en la reforma político-electoral que el PAN impuso, los partidos y candidatos buscan ganar los comicios no en las urnas sino en los recursos judiciales y vetos que logran interponer. Así suelen ser los procesos electorales basados en la desconfianza, se busca denostar y destruir a los adversarios antes que convencer a los electores con ideas y propuestas. El INE habrá de realizar un esfuerzo en este sentido, con varios foros de análisis sobre las plataformas de los partidos que buscarían evitar las descalificaciones y promover precisamente el contraste de ideas y propuestas, en encuentros regionales del 20 de abril al 1 de junio a realizarse en las ciudades de Guadalajara, Monterrey, Toluca, Xalapa y el Distrito Federal (parece que no incluyen una ciudad ni del Sur ni del Noroeste). Empero, dada la fuerza e intensidad de la spotiza que se está viviendo, es razonable suponer que el impacto de los foros de análisis en poco influya para normar la actitud de los electores, hasta ahora más influenciados por la estridencia sensacionalista. Pueden ser más sabrosas pero no por ello más útiles las revelaciones sobre el “Rey de los Moches”, el panista Gustavo Madero y los dispendiosos viajes de sus mirreyes (Ricardo Raphael dixit) por todo el mundo, los llamados huecos del “se los dije” con los que el señor López siembra el odio y busca atraer el descontento, todo lo que “les falta” al PRD o los golpes sensacionalistas “apoquinados (en el sentido del ¿a poco no? panista” al Gobierno Federal y al PRI, además de la feria de multas y denuncias generadas por la campaña molesta pero exitosa del Partido Verde, paradójicamente el único partido al que se le ven propuestas sobre la mesa para atraer electores. Urgiría ya que los estrategas de las campañas negativas nacionales o importados dejen el terreno a las propuestas sobre qué hacer: ¿Seguir en el camino actual? ¿Cambiar el rumbo? ¿Deshacer lo andado? ¿Ir más despacio? ¿Acelerar el paso? ¿Con quién? ¿Cómo? Definitivamente, hacen falta más propuestas y menos lodo. 5. Palmarés legislativo En el ámbito estrictamente legislativo, de cara al cierre del último periodo ordinario de sesiones de la LXII Legislatura (con sólo tres sesiones útiles pendientes), el análisis de relevancia legislativa es más que impactante. La agenda propuesta para el periodo se alcanzará bastante bien, quizá con la notoria excepción del paquete legislativo de seguridad y justicia enviado por el titular del Ejecutivo al Senado en torno al mando único y la Ley General de Aguas Nacionales detenida en San Lázaro. Por lo demás, la Ley General de Transparencia ya se logró, en tanto que el Sistema Nacional Anticorrupción y la reforma a la Ley de Crédito y Ahorro Popular y colaterales (Ficrea) así como a la Ley de Armas de Fuego y Explosivos (modernización de aduanas y migración), el Sistema Unico de Justicia para Adolescentes y la Ley General de Combate a la Trata de Personas han sido ya aprobados. Quizá se alcancen más resultados en las escasas sesiones restantes en la legislación para prevenir y castigar el robo de hidrocarburos, la prohibición de tiros verticales en minas carboníferas, la que reforma el Infonacot para acercar el crédito a un mayor número de trabajadores y la que establecería la competencia del Congreso para legislar en materia de Desaparición Forzada y hasta en la reforma política del Distrito Federal, con lo que estaría redondeándose la gestión de la LXII Legislatura. En el balance global de los últimos tres años, los números también dejan notar un desempeño excepcional. El trienio ha sido uno de excepcional producción legislativa, en una era que bien podríamos llamar de las reformas y el cambio estructural. Para los afectos al análisis de numeralias, del total de iniciativas turnadas a comisiones para su análisis y dictaminación, que fueron 2,886 a lo largo de la Legislatura (conforme a la estadística de la Secretaría de Servicios Parlamentarios), se desahogó el 53.32% de las mismas, aprobándose en total 456 y siendo desechadas 1,054. En conjunto, en la LXII Legislatura se procesaron 34 reformas constitucionales (incluidas algunas que fueron iniciadas en la legislatura anterior pero concluidas en la actual); se promulgaron 39 nuevas leyes y se realizaron 392 reformas a leyes existentes, además de expedirse 26 decretos del Congreso con diversos fines regulatorios; en total, 489 nuevos ordenamientos constitucionales y legales vigentes en el orden jurídico mexicano. El palmarés resulta extraordinario, siendo un reflejo exacto del intenso ritmo de transformación adoptado en el país tras el retorno del PRI al poder presidencial. Son los cambios que se han dado al amparo del impulso transformador del gobierno del Presidente Enrique Peña Nieto. Tanto por los números como por la calidad y profundidad de los cambios logrados, hemos vivido un tiempo de reestructuración profunda de la Nación cuyo objetivo es recuperar la capacidad de volver a crecer a tasas altas, con acuerdos, en democracia, con paz y con justicia.