México decide enfrentarse a Trump

25 de Abril de 2024

Sergio Muñoz Bata

México decide enfrentarse a Trump

Rompiendo su largo y desesperante silencio el gobierno mexicano adopta una nueva estrategia que, sin inmiscuirse en la elección presidencial estadounidense, responderá con firmeza a los insultos de Trump

Después de un prolongado silencio, que a muchos nos pareció excesivo, el gobierno mexicano por fin ha decidido responder a las provocaciones del candidato Donald Trump. Lo hará con una estrategia integral de comunicación, relaciones públicas, promoción de México y contacto con las comunidades mexicanas en Estados Unidos. Y aunque la nueva estrategia no contempla inmiscuirse en la elección presidencial estadounidense, abogo porque se le de respuesta inmediata a cada insulto de Trump, no con majaderías porque no hay en el mundo quien iguale la lengua viperina de Trump, pero sí con firmeza. Cuando Trump anunció su propuesta de prohibir la entrada de musulmanes a Estados Unidos, el Primer Ministro de Gran Bretaña, David Cameron calificó su propuesta de “divisiva, estúpida y equivocada” y añadió que si Trump fuera a visitar su país, “nos uniríamos todos contra él”. México ya está unido contra él, ahora hay que responderle.

Los encargados de dirigir la nueva estrategia son Carlos Manuel Sada Solana, como nuevo embajador en Washington y Paulo Carreño, como nuevo subsecretario para América del Norte de la Secretaría de Relaciones Exteriores. Ni Sada ni Carreño son diplomáticos de carrera pero Sada tienen una enorme experiencia consular en Estados Unidos y Canadá, y Carreño es un reconocido experto en temas de comunicación y relaciones públicas.

Su objetivo es hacer un cabildeo intenso para recordarle a los miembros del Congreso, a los empresarios que tienen tratos con México y a los ciudadanos estadounidenses lo importante que es la relación bilateral y los problemas que ambos países enfrentarían en temas de seguridad, energía, cambio climático e incluso de inmigración si se daña la relación. La integración entre ambos países es tal que del valor total de las exportaciones de México a Estados Unidos, aproximadamente un 40% de sus componentes se origina en Estados Unidos.

La embajada, los consulados y las agencias estadounidenses de cabildeo que el gobierno mexicano ha contratado deben revertir la narrativa de la frontera como un lugar conflictivo y resaltar su papel como punto de intercambio humano, de comercio, inversión y cooperación en programas de inteligencia. Juntos deben destacar las oportunidades que México representa para el inversionista estadounidense en el mercado energético. Deben recordarle a los estadounidenses que México es el segundo país que más productos americanos compra y que entre ambos países se comercian aproximadamente $1,400 millones al día.

Respecto a la mala imagen de los migrantes que Trump ha publicitado es imprescindible trabajar con las organizaciones comunitarias para hacer un retrato fidedigno de una comunidad que se ha venido integrando al país que les ha dado acogida de la misma manera que el resto de las comunidades que han llegado a este país de inmigrantes. Hay que destacar la diversidad de esta diáspora en la que hay obreros y empresarios, intelectuales y amas de casa, artistas y campesinos, cocineros y científicos y recalcar que en los últimos años la migración de mexicanos a EE UU ha disminuido a cero.

Dudo mucho que esta información surta efecto en los 7 millones de personas que han votado por Trump en las primarias ni en los 30 millones que podrían votar por él si llegara a obtener la candidatura del partido republicano a la presidencia. Ese sector xenófobo, anti-inmigrante, racista, anti-gay y misógino que sigue resistiéndose a admitir que el país ya superó la década de los 50s, no tiene remedio.

La nueva estrategia mexicana dará frutos en el mediano y largo plazo pero, por lo pronto, México ha dado un paso que debió haber dado hace mucho tiempo. Lo inmediato es apoyar a organizaciones comunitarias como Voto Latino, el Concilio Nacional de la Raza, LULAC, MALDEF en sus campañas para ciudadanizar, empadronar y motivar a los votantes a ir a las urnas en noviembre de este año a defenderse de los ataques en su contra.

Quiero y creo que la candidata del partido demócrata Hillary Clinton ganará los comicios en noviembre pero no me disgustaría que de la Convención Republicana salieran dos candidatos, Trump como independiente y cualquier otro como republicano. Eso favorecería mucho a la relación entre México y EE UU.