Mi respuesta a EPN

18 de Abril de 2024

J. S Zolliker
J. S Zolliker

Mi respuesta a EPN

Señor Presidente Peña:

Le escribe un académico retirado. Y no, no voté por usted, ni hoy cambiaría mi voto. Sin embargo, lo reconozco como el que ganó (apenitas) y a quien quiero en pleno ejercicio de mis derechos ciudadanos, responder a su discursos en cadena nacional.

Si me permite, su mensaje, además de acartonado, dejó mucho que desear. Las mismas palabrerías de siempre: “últimas consecuencias” y blah, blah, blah. Lo que tuvo de abstracto lo tuvo de absurdo. Por eso, le respondo con cosas concretas: los mexicanos necesitamos certezas (incluido, saber que el barco no se hunde y que tiene un buen capitán). Por eso, le dejo algunos puntos a considerar:

1. Necesitamos conocer el tamaño del problema. Denos indicadores claros sobre la situación que atravesamos. De otra forma, los diagnósticos y tareas para resolverlos pueden ser tan estériles como intentar ponerle la cola al burro con los ojos vendados en una fiesta de niños. ¿Quiere ir más allá? ¿Qué tal que todos los últimos viernes de cada mes nos habla sobre estas cifras y su evolución? Se me ocurren muchos indicadores: el número de llamadas de denuncias hechas, cuántas de esas denuncias y se atendieron, cuántas llegaron hasta el MP y en cuántos casos se apresó a los criminales... Después de un buen diagnóstico, solita la sociedad civil le ayudará a dar la medicina y en especial, a prevenir la enfermedad. Se lo aseguro.

2. Le sugiero reorganizar las cosas para que haya una cabeza responsable del Ministerio Público en todos los niveles. Hoy, esa responsabilidad se diluye con el procurador. Hace falta un responsable del MP en cada agencia, en cada municipio, en cada Estado y a nivel nacional. Incluso podría ser de votación popular, como en otros países. Sepa usted, que cuando no hay un responsable que la gente conozca, no hay rendición de cuentas ni hay presión ciudadana para que se mejoren sus labores.

3. Cambie la política antidrogas. Que vaya de un asunto de seguridad nacional, a un asunto de salud pública. Si los gringos —o cualquiera— quieren drogarse, que lo hagan y que asuman los riesgos de tal actividad como se asumen los riesgos de beber, de fumar o de comer en exceso. Sin embargo, lo que sí tenemos que combatir los mexicanos, es el crimen organizado que lesiona y desbarata el tejido social: no más trata de blancas, no más pornografía infantil, no más muertas de Juárez, no más secuestros, no más extorsiones. Esos actos atacan a inocentes, mientras las drogas afectan adictos.

4. Le sugiero decretar un Instituto Autónomo que revise a Funcionarios (y quite ya el maldito fuero). Debe ser ciudadano. Asimismo, promover una ley para que todo aquel político que robe, sea sujeto de grandes penas: hasta 40 años de prisión y la pérdida de todo su patrimonio, que pasaría a manos del sector salud, o a la sociedad civil. De nada sirve que políticos sean jueces y parte.

Sería bueno que les quede claro: quien quiera hacerse rico, lo cual es muy loable, que lo haga en la industria privada con sus propios dineros. Y hay que generar vocación. Así como el médico entra a estudiar para salvar vidas y no para hacerse rico, el servidor público deberá saber que dedicará su vida a terceros, no a los placeres del poder.

5. Esta, señor Presidente, es sumamente importante: que se permita que si una propuesta de ley cuenta con el 70% del voto de los ciudadanos inscritos en el padrón electoral, se pase en automático SIN tener que transitar por el congreso. Ley ciudadana, le llamo. Ni más ni menos.

6. Hay que terminar con la impunidad. Cero tolerancia a los delitos, incluso menores. Por eso es importante que toda patrulla y oficial, tengan una cámara de video integrada. Así se evitarán los abusos de autoridad, las detenciones arbitrarias, las razias. Y se tendrá documentado cuando alguien rompa la ley. Incluso podrá pagarle muchísimo mejor a los oficiales, y se percibirá en la vida diaria, el anhelado Estado de Derecho.

Por último, le pido que no se congele. La gente quiere que dé la cara. Se ve muy mal un Presidente indolente, alejado de los problemas sociales y de lo que nos sucede ahora. No dudo que viajar a China sea muy importante, pero nada es más importante que atender la situación en casa. Si uno tiene un hijo grave, no se va a trabajar, no importa lo que pase. Un mexicano, lo lleva al hospital y se queda con él hasta que mejore. Crea usted en la gente, Presidente. Somos más los que queremos PAZ. Converse. Véalo. Convénzase. Claro, a no ser que crea usted que lo que estamos pasando, sea un catarrito menor…

Atentamente

Un académico consternado