En el excentro de tortura y reclusión clandestina temporal, y que fuera sede de las oficinas desaparecidas de la Dirección Federal de Seguridad (DFS) y la Brigada Blanca fue montada una ofrenda de Día de Muertos en memoria de las víctimas de la Guerra Sucia.
La Guerra Sucia es un periodo situado entre 1964 y 1982 caracterizado por la represión militar y política encaminadas a disolver a los movimientos de oposición política y armada contra el Estado mexicano.
Ahí se pueden contemplar fotografías, nombres e historias de excombatientes asesinados, entre flores, dulces típicos, bebidas, calaveritas de azúcar, frutas frescas y secas, así como composiciones florales con aserrín.
Al inaugurar la ofenda, el director de Estrategias y Atención a los Derechos Humanos, Félix Santana Ángeles, señaló que este es un ejercicio de reconciliación con el pasado entre el actual gobierno y una sociedad lastimada y agredida.
Resaltó que estas acciones implican un nuevo momento en la historia de nuestro país, ya que ahora se trabaja con las familias de las personas agraviadas de aquella época para encontrar verdad, justicia, reparación y garantías de no repetición.
Por ello, expresó la importancia de este evento, ya que después de abrir los sótanos se contó con la participación de los familiares para hacer una ofrenda en memoria de aquellas personas ejecutadas extrajudicialmente por el viejo régimen.
Por último, dijo “esta ofrenda tiene los elementos sustanciales para transitar a un nuevo momento de paz; que se recuerden aquellas personas que fueron víctimas, reconocerles su dignidad, su liderazgo, darles memoria, con la aspiración de ofrecerles justicia”.
En su participación, el ex militante de la Liga 23 de septiembre, Manuel Anzaldo Meneses, destacó el cambio de rumbo de este nuevo gobierno y que se reconozca la deuda que existe con las personas que hoy regresan al lugar donde sus compañeros y ellos mismos fueron torturados. NR