Mueller, la kryptonita que debilita a Trump

25 de Abril de 2024

Mueller, la kryptonita que debilita a Trump

22 JUANPABLO 79

La investigación del fiscal sobre la mano de Rusia en las elecciones de 2016 se centra en el primer círculo del presidente; desde Jeff Sessions hasta Jared Kushner

El fiscal especial para la investigación de la injerencia rusa en las elecciones estadounidenses, Robert Mueller, avanza con pasos firmes y se acerca cada vez más al primer círculo de Donald Trump. La prensa y los electores se preguntan el verdadero significado de lo ocurrido hace ya casi una semana y que tiene a los abogados personales del presidente en una encrucijada sobre cómo defenderlo ante una eventual acusación por obstrucción de la justicia.

Michael Flynn, exasesor de Seguridad de Donald Trump, quien fue despedido por el mismo presidente por su involucramiento con el exembajador de Rusia en Estados Unidos, Sergei Kislyak, fue acusado formalmente por Mueller de haberle mentido al FBI. Ante la posibilidad de pasar hasta tres años en la cárcel por mentir a una autoridad federal, Flynn se ha convertido en testigo de Robert Mueller, y ese es el punto de mayor peso en todo lo que ocurre en la investigación.

desdén. En una serie de tuits publicados este domingo, el presidente Trump afirmó que la reputación del FBI está “en ruinas” y que era “la peor de su historia”.

No queda claro al momento qué tanta información ni de qué tipo está brindando Flynn a las autoridades como testigo. La negociación con las autoridades que investigan a Flynn y sus conexiones rusas han sido claras en el sentido de que será hasta el final de sus declaraciones cuando decidan si la información proporcionada es válida o inservible; en ese caso, la oferta de ser testigo quedaría retirada y Flynn tendría que enfrentar a la justicia por sí mismo.

Difícil pensar que Mueller pueda probar, con la información que hay a la mano, la conexión directa de Trump con el gobierno de Vladimir Putin en el proceso electoral del año pasado. Ante dicha dificultad, la estrategia de Mueller se centra en el primer círculo de Trump, de donde ha logrado obtener información valiosa, haciendo “manita de puerco” y presionando a los diferentes actores, desde Jeff Sessions hasta Jared Kushner, todos están en la mira de la investigación Mueller.

Aunque no lo quieran aceptar públicamente, diferentes notas de medios políticos estadounidenses como Politico y Washington Post, han informado sobre la preocupación que tienen los abogados personales de Trump, a quienes tuvo que contratar por fuera, ante las recomendaciones de su equipo legal por la investigación Mueller. Como pocas veces, sus abogados están trabajando en un caso que logre evitar cualquier tipo de acusación sobre obstrucción de la justicia. Y es que luego de que el viernes pasado se diera a conocer el acuerdo de Mueller con Flynn tras los cargos, Trump echó mano de su cuenta de Twitter para hacer públicos sus pensamientos privados.

Más allá de culpar como siempre a Hillary Clinton de lo que hizo durante su campaña, y de insistir al FBI y al Departamento de Justicia para que la investiguen, Trump publicó en su cuenta un tuit que, para algunos expertos legales, confirma el conocimiento que tenía de los contactos de Flynn con el gobierno de Rusia, específicamente en dos momentos: cuando Flynn habló con los rusos sobre las sanciones económicas que el todavía gobierno de Obama les impuso tras su injerencia en las elecciones de noviembre 2016, y otra, para persuadirlos en un tema de Israel en las Naciones Unidas.

En un principio, Flynn había negado dichas reuniones con Kislyak. Al darse a conocer la desinformación que Flynn brindó a las autoridades, Mueller decidió presentar los cargos formalmente. Por ahora, los documentos de cargos que se han publicado no se centran en la colusión previa a las elecciones. En su lugar, se concentran en las descripciones de Flynn de sus contactos con el embajador Kislyak durante la transición, una vez que Trump había ganado las elecciones, pero antes de su inauguración. Sin duda, podría haber mucho más en esta historia dada la cantidad masiva de riesgos legales en los que Flynn parece estar involucrado, en comparación con el cargo del que se declaró culpable; parecería, de entrada, que Flynn ha accedido a proporcionar información que al fiscal le resultaría muy útil.

›Pero ninguna información que pueda proveer Flynn a las autoridades servirá para avanzar el caso contra Trump si los republicanos deciden defenderlo como lo han hecho hasta ahora. Poco a poco el secuestro del partido por parte de Trump se ha convertido en una realidad a partir de los ataques y avances que ha logrado en estos meses.

El apoyo al presupuesto, a la reforma fiscal y ahora a la candidatura de Roy Moore son claros indicativos del liderazgo que el presidente ha podido imprimir en el partido independientemente de los distanciamientos que en algún momento tuvo con Paul Ryan y Mitch McConnell.

Teniendo en cuenta que Trump ya despidió al director del FBI en relación con la investigación de Rusia, James Comey; es comprensible que muchos se pregunten si también podría despedir a Robert Mueller. Si quisiera, Trump probablemente lo podría hacer, aunque no sería fácil y podría costarle varios funcionarios del Departamento de Justicia. Mueller es técnicamente un asesor especial, muy diferente, por ejemplo, del papel que jugó el asesor independiente Kenneth Starr, durante la administración Clinton. El abogado independiente era un puesto especial que no podía ser despedido por nadie en la rama ejecutiva y, en cambio, era supervisado por los tribunales.

Debido a la recusación del procurador general Jeff Sessions de todas las investigaciones relacionadas con campañas, Mueller le reporta al procurador adjunto Rod Rosenstein a quien Trump sí podría despedir, pero desde que Mueller convocó a un gran jurado, sería un error político de Trump hacerlo. La investigación es seria y avanza, y cualquier movimiento para deshacerse de Mueller se convertiría en la kryptonita de Trump, confirmando así la obstrucción a la justicia de la que tanto ha huido y que es lo que finalmente puede hacer caer a Trump como ocurrió con Nixon y casi ocurre con Clinton.