Como en la canción del Aquimichú anda el presidente nacional del PRD, Carlos Navarrete. En 15 días al frente del partido, provocó la risa cuando fue a Iguala a pedir perdón por apoyar a narco alcaldes y luego apareció con el gobernador Ángel Heladio Aguirre brazo con brazo. Días después, para quitarse el fuego, le sugirió a quien había apoyado que mejor solicitara licencia al cargo y este sábado, le recordaron a don Carlos que él no manda en el partido, sino sus patrones chuchos, Ortega y Zambrano, quienes forzaron a los perredistas a bloquear la moción para retirarle el apoyo a don Heladio. Ni modo señor Navarrete, cuando los cargos no son por méritos propios y carece de talento para enfrentar las crisis, pues sólo queda irse al rincón de los regañados.