Las discrepancias entre el informe oficial de la autopsia realizada al fiscal Alberto Nisman y otro de los peritos contratados por la familia de la víctima difundido el jueves crearon nuevas incógnitas en la investigación judicial para determinar las causa de una muerte que ha conmocionado a Argentina.
“A Nisman lo mataron y su muerte es un magnicidio de proporciones desconocidas que merece respuestas de parte de las instituciones”, dijo en una rueda de prensa la jueza Sandra Arroyo Salgado, ex esposa de Nisman y una de las querellantes en la investigación sobre su muerte.
Al presentar un análisis exhaustivo de la autopsia y peritajes complementarios sobre el arma de la que salió el disparo que mató al investigador y el lugar donde se produjo su muerte, la jueza afirmó que se “descartan con contundencia el suicidio y el accidente” como causas de la muerte.
Poco después, la fiscal del caso, Viviana Fein, manifestó en declaraciones a la prensa que de acuerdo a la autopsia y las pericias oficiales “nada me permite afirmar de manera categórica que fuera un homicidio o un suicidio. Nada”.
Nisman, de 51 años, fue hallado muerto el 18 de enero en su apartamento, cuatro días después de presentar una denuncia contra la presidenta Cristina Fernández como presunta ideóloga de un plan para encubrir a los sospechosos iraníes de un atentado contra un centro judío en 1994.