No estamos enojadas, estamos furiosas: feministas en Palacio Nacional

19 de Abril de 2024

No estamos enojadas, estamos furiosas: feministas en Palacio Nacional

Madres de víctimas de feminicidio y mujeres feministas, protestaron frente al Palacio Nacional, durante conferencia de Andrés Manuel López Obrador, presidente de Mexico, para exigir respuesta y justicia por el feminicidio de Ingrid Escamilla, asesinada y desollada por su pareja sentimental

CIUDAD DE MÉXICO, 14FEBRERO2020.- Madres de víctimas de feminicidio y mujeres feministas, protestaron frente al Palacio Nacional, durante conferencia de Andrés Manuel López Obrador, presidente de Mexico, para exigir respuesta y justicia por el feminicidio de Ingrid Escamilla, asesinada y desollada por su pareja sentimental. FOTO: ANDREA MURCIA/CUARTOSCURO.COM

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Andrea Murcia/Andrea Murcia

Foto: Andrea Murcia/Cuartoscuro

Acusaron de estar más al pendiente de la rifa del avión presidencial que del asesinato de 10 mujeres al día

El 14 de febrero se transformó en furia. En memoria de Ingrid Escamilla, brutalmente asesinada el 9 de febrero, unas 300 mujeres protestaron afuera del Palacio de Gobierno para exigir alto a los feminicidios y a toda forma de violencia machista.

Indignadas por la insensibilidad del gobierno federal, al que acusaron de estar más al pendiente de la rifa del avión presidencial que al asesinato de 10 mujeres diariamente y de la violencia ejercida contra al menos otras 312, según datos oficiales, integrantes de distintos colectivos feministas en su mayoría encapuchadas, realizaron pintas en Palacio Nacional.

El presidente Andres Manuel López Obrador les envió como mensaje un decálogo y ellas respondieron que se trataba de lugares comunes, lo que ellas esperaban escuchar es cómo piensa combatir el Estado la violencia de género.

“Es una simulación. Una vez más hablando de violencia en contra de los hombres y las mujeres nos invisibiliza. Y nos dice “vamos a combatir la violencia contra las mujeres” y ¿cómo? Eso es lo que queremos y lo que estamos esperando ¿cómo?”, dijo una integrante de un colectivo feminista que acudió a la protesta y que participará en el resto de las actividades para exigir justicia por Ingrid.

LAS ACUSAN DE FEMINAZIS
En la calle Moneda, las actividades se reanudaban con normalidad. Un cilindrero animaba la protesta con “Cielito Lindo” cuando un hombre que tomó la precaución de subirse la sudadera para evitar que se viera su rostro las llamó “feminazis”, con los dientes apretados, pero lo suficientemente fuerte para que algunas lo escucharan.

Entonces lo siguieron unos pasos y además de pedirle que fuera mucho a chingar a su padre, le preguntaron “ ¿cómo podemos ser nosotros la pesadilla para ti cuando diariamente nos asesinan?”

El hombre dijo nada. Apuró el paso y luego decidió correr. Cuando estaba lo suficientemente lejos del grupo se dio la vuelta e hizo una seña fálica.

“Esa es la respuesta que tienen siempre. Da rabia, pero da más rabia saber cómo asesinaron a Ingrid, como a su asesino, que no es ningún monstro no le bastó con matar, con arrancar sus órganos y despojarla de toda dignidad. La prensa y las autoridades tuvieron que mostrar las imágenes para mandar el mensaje de que somos basura y de pueden hacer eso con nosotros; pero ya no nos callaremos y no tendrán paz mientras nosotros no tengamos justicia”, dijo otra de las participantes. Después tomó su tiempo y dibujó en el suelo el signo del planeta Venus, esta vez sobre Correo Mayor.

Los elementos de seguridad custodiaban las puertas y las integrantes de los colectivos fueron cercadas por elementos del Grupo Marabunta que permanecían a la expectativa para evitar que hubiera confrontación.

Tres integrantes de la brigada humanista auxiliaron a una joven que sufrió un esguince al ser golpeada con un escudo. Los jóvenes le proporcionaron primeros auxilios y pidieron a los elementos de seguridad que dejaran de tomar fotos y videos.

LAS PINTAS NECESARIAS
La puerta se abrió y en Palacio Nacional permitieron el ingreso de una comisión de feministas que esperaban reunirse con el Presidente para que explicara, entre otras cosas, porqué, en su orden de prioridades, la venta del avión presidencial es más importante que el asesinato diario de diez mujeres.

Cuatro días antes, en su conferencia mañanera, el Presidente recibió del fiscal general, Alejandro Gertz Manero, un cheque por dos millones de pesos que, aseguró, lograron recuperar como resultado de acciones contra la corrupción y la delincuencia organizada y que decidió entregar al Instituto para Devolver al Pueblo lo Robado para que se destinen al pago de los premios del sorteo de la Lotería Nacional equivalentes al valor del avión presidencial.

Un reportero decidió entonces preguntar al fiscal sobre la propuesta de eliminar el delito de feminicidio del Código Penal que trascendió luego de una reunión a puerta cerrada con la bancada de Morena en San Lázaro.

El fiscal no respondió. El Presidente tomó la palabra y dijo “la información se ha manipulado, me van a voltear el sentido de esta conferencia y pues sí, no me gusta esto”. Después pidió a Gertz Manero que se tomaran juntos una foto con todo y cheque.

“Es indignante que para los medios, la sociedad y para el gobierno, nosotros seamos la pesadilla. Da rabia que nuestro jefe de estado sólo haga mención a los feminicidios para decir que no quiere que opaquen la rifa del avión. Da rabia saber cómo asesinaron a Ingrid, cómo los medios exhibieron su cuerpo, cómo los hombres se mantienen leales al pacto patriarcal de la masculinidad, da rabia como la sociedad nos juzga a nosotras diciendo que no son formas de politizar nuestra rabia y a este estado feminicida hoy queremos decir que no estamos enojadas, estamos furiosas”, aseguró otra de las participantes.

Un grupo de mujeres decidió sentarse en a mitad de Correo Mayor. Poco a poco comenzaron a reunirse en pequeños grupos y descubrieron que pertenecían a distintos colectivos o bien, a ninguno.
Algunas venían del Estado de México. Embozadas o no, intercambiaron difusores y plantillas con distintas leyendas. Circularon latas de pintura, bolsas con diamantina morada, panes y botellas de refresco para que el azúcar hiciera su magia.

Y si la ciudadanía se indigna por la pintas a un edificio del siglo XVI que las aberrantes imágenes de una mujer desollada y de otras 10 asesinadas con saña diariamente, entonces cubrirán de pintura esta ciudad porque mientras haya mujeres y niñas lastimadas, dicen, el feminicidio no estará suficientemente discutido.