La nueva alianza

19 de Abril de 2024

María Idalia Gómez
María Idalia Gómez

La nueva alianza

IDALIA

Desde finales del año pasado comenzaron a colocar mantas que mencionaban lo que denominaron Nueva Alianza. Los informes de inteligencia militar confirman ya que se trata de un pacto criminal que encabeza el Cártel de Jalisco Nueva Generación y al que se sumaron los Beltrán Leyva, algunas células de Los Zetas y de la Familia Michoacana, y el grupo de El Chapo Isidro.

Este acuerdo permitiría compartir territorios y pelear la venganza que era una cuenta pendiente, para varios de ellos, con el Cártel de Sinaloa y su líder Joaquín Guzmán Loera, El Chapo. La implementación de esta alianza significará, prevén los mismos informes, una nueva guerra en algunos estados del país, como lo es gran parte de la franja del Pacífico y también Durango, Chihuahua, Veracruz y Tamaulipas.

Este cambio en la geografía del narcotráfico no es solamente un asunto de policías, crimen organizado y sangre, sino de una operación de reestructuración para empoderarse y administrarse mejor por parte de los grupos criminales.

Si lo analizamos a la luz de los más recientes informes de Naciones Unidas y del Departamento de Estado de Estados Unidos, podremos ver que estamos frente al rediseño de la operación de compra y venta de heroína, mariguana, cocaína y drogas sintéticas en volúmenes que nunca antes se habían tenido y que en consecuencia se ha alertado ya de la crisis del consumo en el territorio estadunidense, de la apertura de nuevos mercados y colocando a los grupos mexicanos como los más poderosos por el acceso a recursos y su posición geográfica, y quienes ya son capaces de instalar un laboratorio de producción masiva de drogas sintéticas en África, por ejemplo.

Es por ello que las alianzas, como en las empresas lícitas, deben verse como una operación financiera que les otorgará mayor control territorial y poder a los cárteles mexicanos.

En estos últimos meses se han visto ataques, secuestros y asesinatos dirigidos al Cártel del Pacífico, autoridades locales, células de vendedores al menudeo y enfrentamientos. Los documentos plantean que esto podría crecer como parte de la “limpieza” que están llevando a cabo y de la resistencia de otros grupos enemigos.

Los informes de inteligencia han identificado unos cambios en la frontera norte que sumará a este cambio en el tráfico de drogas y que no debe perderse de vista. El retorno de líderes criminales que están comenzando a desestabilizar la zona, por su nivel de violencia y porque pretenden recuperar el territorio que habían perdido.

Este retorno también se enmarca en las presiones que se están dando en Estados Unidos, como consecuencia de la política del presidente Donald Trump. El reforzamiento de la frontera por parte del Departamento de Seguridad Interior, el aumento de efectivos, la caza de inmigrantes ilegales y la orden de acabar con los grupos criminales ubicados en el territorio del norte, está obligando a reorganizar el poder criminal, por las conexiones que se requieren en ambos países y el control que se debe mantener para el éxito de las operaciones de trasiego y venta de drogas; así como el lavado de dinero.

En uno de los apartados de uno de los informes de inteligencia se señala que es urgente reforzar las fronteras y establecer un plan de acción de emergencia que permita documentar las personas que están retornando a México y controlar el reingreso de quienes son considerados criminales en Estados Unidos, así como coordinar trabajos con países centroamericanos para intercambiar bases de datos, porque es posible que en estos meses aumente el trasiego de armas hacia México y se incremente la violencia.

Por ejemplo, en Chihuahua, el retorno de líderes de lo que se denominaba La Línea están modificando el entorno con actos de violencia, incluso se prevé se incrementen los crímenes y ataques, bajo esta lógica de nueva alianza y ante el reacomodo operativo y estructural de los grupos.

Se trata de un cambio silencioso que no se está identificando, que no forma parte de un proceso natural y por tanto las autoridades deberían estar trabajando en ello para contenerlo a tiempo. Pero no, desde Gobernación no se ha definido una estrategia de este tipo y con la urgencia requerida, sumando a los gobiernos estatales, así que los escenarios futuros no son nada alentadores. @Gosimai Son más de dos décadas de explorar en el periodismo desde un enfoque de seguridad nacional.