Otro engaño con las siete...

24 de Abril de 2024

Ricardo Eguia

Otro engaño con las siete...

RICARDO EGUIA

Siete leyes secundarias para un “Sistema Nacional Anticorrupción” que se volvieron siete metáforas, siete alegorías, siete engaños y las mismas siete plagas de siempre después de otra larga bacanal legislativa saturada de frenéticos enredos, jaloneos, verborréicos pretextos, poses de madonas y coartadas de las élites partidistas que en el grosero placer de procastinar le infligen a México otra descarada tomadura de pelo...

El mensaje del Legislativo al país en materia del combate a la corrupción es: Aquí seguimos los mismos de siempre, los que nos reciclamos en cada elección, los que en vulgar saltimbanqueo brincamos de una Cámara a otra; los que sin hacer campaña y menos compromiso alguno con la población permanecemos apoltronados como plurinominales en escaños y curules por tanto sumisos, dominados por la factura que por nuestra imposición hay que pagar cerrándole la puerta a la rendición de cuentas, a la honestidad en el ejercicio de la función pública... obligados, preocupados o temerosos de la “Ley 3 de 3" que nos desnudaría como corruptos irredentos nos opusimos... seguimos aquí estarán diciendo entre ellos ahora, los que no queremos una fiscalización independiente en el manejo de los recursos públicos ni mucho menos permitir se prevengan y sancionen penalmente los actos de corrupción en la administración pública.

Antes de continuar parafraseo a Jeremy Corbin lider británico del partido laborista que con aseo político escribió casi un apotema al puntualizar con acierto que “es perfectamente posible ser crítico con fundamento en hechos reales y a la par seguir siendo Institucional”.

Como escribe Sandori Márai “es tanto lo que uno quiere decir que las palabras faltan...” o tal vez se agolpan ante esa desmesura y arrogancia inadmisible de un Poder Legislativo refractario a las iniciativas ciudadanas y que de manera torpe hace caso omiso, desdeña a un país acuciado por problemas ancestrales hoy agudizados al máximo por la corrupción desbordada y pese al rechazo ciudadano permanece en el inmovilismo con la creencia infantiloide que se olvidará pronto optando por diferirlo todo volviendo con necedad a los vacios ampliados con explicaciones chabacanaspara no discutir ni siquiera en Comisiones las 7 leyes secundarias del “Sistema Nacional Anticorrupción” aferradas las fracciones parlamentarias a la inescrutable dinámica de los callejones taponados y dispersiones mediáticas que conducen de ningún lado a ninguna parte.

El Congreso mata el tiempo, se confronta, se insultan entre si los legisladores, despotrican el uno contra el otro, pero al final del día sin el más ligero ápice de autocrítica concertan en la oscuridad de las catacumbas partidarias por los espurios intereses de esa clase política muerta por haberse obcecado en arrinconar al estamento civil para repartirse cupularmente el país como botín y el honor, el compromiso con los que falsamente dicen representar es intercambiado con premura ante los efluvios del dinero mal-habido...una clase política muerta que solo gesticula, incide en peroratas donde el único proyecto es el de repetir vicios y abjurando de la propia Reforma Constitucional por ellos aprobada ahora rehuyen o se oponen a la aprobación de esas siete leyes secundarias que si las diluyen y no son sólidas, ni congruentes, ni tampoco bien imbricadas con dicha reforma será otra etapa de frívolidad, de cínismo y de crasa irresponsabilidad.

Asaz lamentable esa rugosa y transgresora negativa pues los legisladores debían encarnar la congruencia, la mesura, la imparcialidad y la capacidad, la eficiencia metodológica que impidan leyes secundarias amorfas, maquilladas y superficiales que vengan a ser solo otra vulgar simulación.

¡La corrupción no es un problema cultural, ni coyuntural, es el mayor problema estructural, la peor calamidad y maldad demoniaca que destruye al país!

Una fiscalía ciudadana autónoma e independiente es la parte medular y soporte fundamental del “Sistema Nacional Anticorrupción”, unida a una “Auditoría Superior de la Federación” con autonomía del Poder Legislativo que fiscalice en tiempo real el ejercicio del gasto y tenga facultades amplias para fiscalizar los tres niveles de gobierno pues no bastan solo sanciones administrativas, deben ir a la cárcel quienes como funcionarios o empresarios contratistas y proveedores en colusión cometen actos graves de corrupción y se benefician perjudicando al erario por inflar contratos, beneficiarse de licitaciones a modo, desvíen recursos públicos y/o falseando documentos se apropian de los bienes nacionales mediante privatizaciones amañadas.

Las Leyes reglamentarias del artículo 108 Constitucional deben establecer el régimen de responsabilidades de los servidores públicos en conductas graves, incluyendo no solo medidas preventivas sino los tipos penales específicos para castigar la malversación y desvío de fondos públicos, el peculado, el soborno, el enriquecimiento ilícito y el favoritismo por conflicto de interés en contrataciones públicas.

Los particulares deben tener las mismas obligaciones que la de un servidor público pues al concertar algún negocio u operación que implique uso de los recursos públicos son “auxiliares de la autoridad”, no beneficiarios ni cómplices,por lo que deben someterse a un régimen administrativo estricto con consecuencias jurídicas que castiguen conductas irregulares obligando al particular a manifestar sus haberes patrimoniales antes y después de concluida una concesión.

Las leyes reglamentarias del artículo 108 Constitucional no pueden en manera alguna ser un mero listado de “buenas intenciones...”

¡El sistema nacional anticorrupción debe prever y evitar que mediante argucias, tácticas dilatorias y maniobras ilegales pueden prescribir ni la instancia ni los delitos graves perpetrados por servidores públicos tramposos además de corruptos y deben incluirse a los tres niveles de gobierno, sindicatos, universidades, fideicomisos y todos los órganos autónomos!

Solo con leyes secundarias sólidas del sistema nacional anticorrupción es la única forma de que de una vez por todas existan gobiernos vigilados, transparentes, decentes, íntegros, eficientes, inclusivos, abiertos al continuo escrutinio público...todo servidor público de cualquier poder o nivel de gobierno o cualquier entidad, organismo, institución o fideicomiso deben estar obligados a transparentar y rendir cuentas sobre el ejercicio de los fondos públicos con procedimientos y protocolos estandarizados...

¿La pregunta que hace la población ante esa negativa legislativa? Supongo que tendrá obvias repercusiones en las elecciones más aún si en el colmo del cinismo legislativo dejaran pasar la fecha límite para aprobar esas leyes secundarias violando el plazo máximo estipulado por los propios legisladores cuando aprobaron la Reforma Constitucional?

Si en el colmo de la sátira y de burla a la población que exige se voten esas leyes secundarias faltantes contra la corrupción pestilente los legisladores vuelven a jugar a la ficción e intentan “evaporar” la Reforma Constitucional contra la rampante corrupción oficial, creo que a golpes de voluntad y coherencia de muchos acudamos de forma masiva a anular el voto para castigar así a todos los partidos que le siguen apostando a unos pocos votos para perpetuarse a través de elecciones que son solo un formalismo endeble contra la verdadera democracia.

Dejemos de lado la pasiva resignación, la ingenuidad de que los partidos cambiarán el sistema corrupto del que sacan raja...sin presión social y sin exhibirlos “sepultándolos” bajo toneladas de votos nulos ellos seguirán robando, defraudando, desviando recursos públicos y apropiándose de los bienes nacionales...¡Pongamos como ciudadanos un drástico hasta aquí!

OTRO SI.- VALE.- Por seguir adocenados, pasivos, crédulos y resignados, en el Senado está una Ley regresiva y abominable mediante la cual se permitirá al Ejército realizar cateos a domicilios civiles, así como a oficinas del gobierno federal, del Congreso y de los organismos descentralizados, así como facultarlo para intervenir las comunicaciones telefónicas y obligar a los civiles a presentarse ante las autoridades castrenses.- ¿Es la vuelta al gorilato militaroide? ¿Nos vamos a quedar con los brazos cruzados?... Es muy grave lo que pasa hoy en el Congreso y todo es para pisotear más a la población dejada.

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