Papa visita a enfermos de sida en Mozambique

18 de Abril de 2024

Papa visita a enfermos de sida en Mozambique

El año pasado, 54 mil mozambiqueños murieron como consecuencia del sida

MAPUTO, MOZAMBIQUE. El papa Francisco visitó un centro de cuidados para enfermos de sida en la capital de Mozambique, antes de despedirse del país con una misa, en el marco de su gira por África.

Francisco alabó “la compasión” de los trabajadores sanitarios que escuchan “ese grito silencioso, apenas audible, de infinidad de mujeres, de tantos que vivían con vergüenza, marginados, juzgados por todos”.

El soberano pontífice evitó abordar el tema de la prevención de las enfermedades de transmisión sexual, que sigue constituyendo un terreno minado para la Iglesia católica y que se hace especialmente patente durante las visitas papales a África.

“Lo que no necesitan los pobres es un acto de delegación, sino el compromiso personal de aquellos que escuchan su clamor”, señaló el papa Francisco, que agradeció a los trabajadores del centro por “restituir la dignidad” de mujeres y niños”.

El papa, que alentó a continuar la búsqueda de “los heridos y derrotados en las periferias”, se dirigió después a saludar a pacientes.

Tras su visita al hospital, el papa oficiará una misa en el estadio de Zimpeto, con capacidad para 42 mil personas. Después, el sumo pontífice pondrá rumbo a la gran isla de Madagascar, en el océano Índico.

Pero esta visita al hospital representa un rol altamente simbólico, en un país donde la situación es particularmente crítica.

“Dream”

Según Onusida, en 2018, entre los 27 millones de habitantes de Mozambique había 2.2 millones de seropositivos, del total, 60% son mujeres, Y 150 mil de estas personas eran nuevos infectados.

El año pasado, 54 mil mozambiqueños murieron como consecuencia del sida. Onusida señaló además que apenas 30% de los infectados de entre 15 y 24 años conocen los métodos para evitar la transmisión del VIH.

El jueves, Francisco se encontraba en el nuevo hospital de Zimpeto, un barrio superpoblado y pobre de la periferia norte de Maput. La situación en la capital es especialmente crítica, con una prevalencia del virus del 23% entre la población adulta.

El complejo, inaugurado en 2018, comprende un puntero laboratorio de biología molecular y aloja un programa destinado a las personas seropositivas o con sida, especialmente mujeres embarazadas.

El programa, llamado “Dream”, lo lanzó en Mozambique en 2002 la comunidad católica italiana de laicos Sant’Egidio, muy cercana al Vaticano y que cuenta con 13 dispensarios en ciudades y pueblos del país.

“Dream”, que surgió a partir de una revuelta ante el abandono de los enfermos de sida en África, está presente actualmente en 11 países africanos y reivindica haber atendido a 500 mil enfermos y ayudado a traer al mundo a 130 mil niños sanos de madres seropositivas.

La iglesia y los preservativos

La Iglesia católica sigue oponiéndose a todo método de anticoncepción, en tanto el papa argentino considera que “las relaciones sexuales deben estar abiertas a la vida”

El papa Francisco abordó en escasas ocasiones el tema del uso de preservativos para combatir la transmisión de la enfermedad, que resultaba explosivo para su antecesor en el trono de San Pedro, Benedicto XVI.

A finales de noviembre de 2016, Francisco pidió tener “un comportamiento responsable” para luchar contra la propagación del sida, aunque no precisó si eso incluía el uso de preservativos.

Un año antes, el sumo pontífice había reconocido, en el avión en que regresaba a Roma tras una gira por África subsahariana, el “desconcierto” de la Iglesia respecto a la cuestión del uso del preservativo para luchar contra el sida. Consideró que ese es “uno de los métodos”, pero que África tiene “heridas más grandes”, como la falta de agua y de alimentos.

No obstante, sobre el terreno, algunos dispensarios católicos no prohíben el uso de preservativos en caso de emergencia.

Durante su primer viaje a África, en 2009, Benedicto XVI provocó una tormenta mundial con sus declaraciones contra el uso del preservativo.

“No podemos solucionar el problema del sida con la distribución de preservativos. Al contrario, [su] uso agrava el problema”, aseguró.

Pero en 2010, el papa alemán admitió el uso del preservativo “en algunos casos”, “cuando la intención es reducir el riesgo de contagio”, y citaba únicamente el ejemplo de una prostituta.

El Vaticano intentó después insistir en el carácter “excepcional” del uso del preservativo, precisando que el papa no justificaba en ningún caso el ejercicio desordenado de la sexualidad.

Las declaraciones rectificativas del papa alemán fueron muy bien acogidas por todo el mundo. El secretario general de la ONU las consideró “realistas”, en tanto que militantes antisida consideraron que “se abrió una grieta”.