Este día, la Máxima Casa de Estudios de México cumple los primeros 90 años del origen de su autonomía.
Desde su fundación el 22 de septiembre 1910, la Universidad Nacional de México (entonces UNM) logró a través de diversos movimientos que se le reconociera y respetara la autonomía para autogobernarse, pues hasta ese momento se trató de una dependencia subordinada a la Secretaría de Educación Pública (SEP).
Dicha condición la limitaba en la contratación de su personal académico, elección e integración de sus órganos de gobierno, definición de programas de estudio, libertad de cátedra y la forma en que ejercía los recursos públicos que le eran asignados.
Tras una sentida demanda estudiantil, fue el presidente Emilio Porte Gil quien, reconociendo la legitimidad de los planteamientos y expectativas de la comunidad universitaria entre quienes se encontraba el alumno y futuro profesor Manuel R. Palacios, propuso al Poder Legislativo Federal el proyecto de la Ley Orgánica de la Universidad Nacional.
Tras ser discutida por ambas cámaras federales, el decreto que contenía la nueva ley fue publicado en el Diario Oficial de la Federación el 26 de julio de 1929. Posteriormente, en 1933 se ampliaron los rasgos de la autonomía universitaria al reconocérsele su personalidad jurídica y patrimonio propios, y en 1945 adquirió plena autonomía, tal y como señala el Doctor Raúl Contreras Bustamante, gracias a la participación de grandes juristas como Alfonso Caso, Antonio Carillo Flores, Mario de la Cueva y Raúl Cervantes Ahumada en el diseño de la nueva ley orgánica.
Se trata, evidentemente, de una autonomía previa a la reconocida en la Constitución, pues fue el 9 de julio de 1980 cuando se estableció en el artículo 3°, fracción VII, de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos que las universidades y las demás instituciones de educación que la ley otorgue autonomía tienen la facultad y la responsabilidad de autogobernarse, así como la libertad de determinar sus planes y programas de estudio y fijar las convocatorias para su ingreso y la administración de su patrimonio.
El que tuvo lugar un día como hoy pero de hace 90 años, marcó positiva y definitoriamente el curso de la historia nacional e iberoamericana, al permitir el surgimiento de un tanque de pensamiento en todas las áreas del conocimiento, un promotor indiscutible y sin igual de la cultura y el centro nacional de la investigación que ha traído grandes beneficios a la nación.
Este hecho ha sido conmemorado de una forma muy particular por la Facultad de Derecho que dirige el jurista Raúl Contreras Bustamante, quien ha organizado diversos actos de especial significado, pero el más destacado ha tenido lugar en la Antigua Escuela de Jurisprudencia, en el corazón del Centro Histórico.
Y es que fue en esa Escuela, hoy Facultad de Derecho, donde germinó la proclama de autonomía.
Raúl Contreras Bustamante considera que hace 90 años se gestó un movimiento estudiantil que culminó escribiendo una de las páginas más luminosas de la historia de nuestra Universidad. “Ella habría de dar un salto al futuro al obtener el reconocimiento de un atributo que le daría los elementos esenciales para su desarrollo: la autonomía… En la vida de las instituciones hay momentos claves en la determinación de su futuro; para esta Casa de Estudios ese fue uno de ellos, pues a partir de él, inició la construcción de un futuro luminoso…”.
En la Antigua Escuela de Jurisprudencia, el Director de la Facultad de Derecho dijo que “hoy la autonomía de nuestra institución debe entenderse desde distintos aspectos: libertad de cátedra y de investigación. La Universidad es un crisol del pensamiento y la inteligencia, y motor de progreso en el país. No hay libertad sin crítica, y no puede haber crítica sin libertad. Por ello, preservar la autonomía universitaria es, ante todo defender la esencia de la educación laica”.
En este acto, el líder nato de la UNAM, Dr. Enrique Graue, dijo que “En la UNAM entendemos a la autonomía como la libertad constitucional que nos permite oponer la razón y el pensamiento crítico frente al dogma y al absolutismo intelectual, como un espacio académico donde prevalecen las libertades de pensamiento y el respeto a la disidencia”.
El Rector Graue y el Director Contreras han honrado a la UNAM y es misión de toda su comunidad preservar y defender la autonomía que ha hecho posible que la UNAM sea el principal motor de la movilidad social en México.
@jlcamachov