Cuando inició el gobierno de
Andrés Manuel López Obrador la idea de buscar nuevos liderazgos en el sindicato magisterial estaba fija en la reivindicación política de la maestra
Elba Esther Gordillo. Todo iba bien hasta que anduvo mal, hace un mes, cuando todo perdió vapor y fuerza. Dicen los que saben que aquel ímpetu fue desapareciendo en la medida en que la inseguridad creció y los datos económicos estaban más que mediocres. No es tiempo de un nuevo frente de batalla, piensan que fue el diagnóstico de don Andrés, por lo que se volvió a acercar su equipo con el líder del SNTE, Alfonso Cepeda, y se alejó de doña Elba.