El descontento organizado

23 de Abril de 2024

Luis M Cruz
Luis M Cruz

El descontento organizado

LUIS M CRUZ

1. Pocas veces un inicio de año ha sido tan caótico y desmoralizante. La entrada en vigor de los incrementos a las gasolinas rebasó con mucho cualquier expectativa de lo que un “gasolinazo” podría causar. Una ola de bloqueos, saqueo y enfrentamientos de grupos con la fuerza pública en ciudades y carreteras de Nuevo León, Chihuahua, Hidalgo, Veracruz, Puebla, Michoacán, el Estado de México, Chiapas y la ciudad de México principalmente mostró hasta qué punto el descontento en el país podría pasar a ser una insurgencia urbano-popular.

2. Las encuestas sobre el pesimismo social muestran que ya el 87% de los mexicanos se encuentran enojados o molestos con lo que acontece en seguridad, corrupción, impunidad y magro crecimiento, con una expectativa sobre el futuro inmediato desvanecida debido al carácter agresivo del presidente electo de Estados Unidos Donald Trump, cuyas primeras imprecaciones han tirado la confianza del exterior en la economía de nuestro país.

Lo que se vio en las algaradas fue mucho más que una movilización de ciudadanos afectados por el incremento. Fue una movilización convocada e incentivada desde la redes sociales y los medios de comunicación, en la que se montó el movimiento anarquista mexicano, ese que florece en las principales ciudades y cuyos planteamientos coinciden con los de grupos guerrilleras que propalan la guerra de baja intensidad y el conflicto prolongado, que buscan aprovechar las coyunturas de debilidad o pasmo de la fuerza pública para actuar.

3. Sobre esta base, los grupos de provocadores encapuchados que se observaron en, por ejemplo, Monterrey y la ciudad de México, podrían ser células anarquistas como los “okupas” de Ciudad Universitaria o de la UANL, que serían presentadas como infiltrados enviados por organismos de seguridad interior o por partidos políticos según las diferentes especies sembradas en las redes.

No obstante, ese despertar de la conciencia cívica en los sectores medios y de lucha social, muestran una convergencia típica en otras sociedades (España o Grecia) cuando al calor de las protestas se fue articulando un movimiento de indignados. En las redes, además del llamado a no caer en provocaciones, se registra también el llamado a una resistencia civil activa y pacífica, que buscaría sobre todo no dejar ya de actuar ante los yerros y torpezas del gobierno y de los partidos.

4. Los grupos de luchadores sociales que representan el padre Alejandro Solalinde, el poeta Javier Sicilia o el obispo Raul Vera, así como organizaciones agrarias de la Coordinadora Nacional Plan de Ayala, muestran esa decisión de auspiciar la resistencia civil para organizar el descontento e impulsar candidaturas independientes o ciudadanas, lejos de los partidos y el poder, en la próxima elección presidencial de 2018; inclusive, haciendo un llamado al proverbial señor López para que se integre en la lucha de los sin partido que se avecina.

5. Lo correcto habría sido suspender el gasolinazo, recuperar la ruta prevista en la Reforma Energética para 2018 y liberar las gasolinas del pesado IEPS que le agobian, pues las medidas paliativas anunciadas por el gobierno federal tras causar lo que se que se quiere prevenir poco alivian el menguado bolsillo de los ciudadanos. Un descafeinado Acuerdo para el Fortalecimiento Económico y la Protección de la Economía Familiar fallará como medida de contención de tales efectos. El río está revuelto y será la indudable ganancia de los pescadores.