1. El Centenario de la Constitución de 1917 es relevante por muchas razones, pero sobre todo, porque en nuestro país ha sido pacto y norma fundamental a la vez; es decir, es Pacto en tanto que establece los consensos originarios de la moderna nación mexicana alcanzados tras un siglo de guerra y luchas (el Siglo XIX, cuando fuimos de la Independencia a la Revolución), y ha sido norma fundamental para que a través del marco constitucional procedan los cambios que como sociedad y Estado hemos debido darnos en la construcción del país.
Es así que en los últimos cien años el cambio en nuestro país ha procedido a través de la Constitución y el Derecho, lo que ha evitado la confrontación irreductible. Hace cien años los cañones callaron como el medio a través del cual se dirimían las diferencias y hemos vivido desde entonces, otros cien años de acuerdos para construir el moderno país por medios constitucionales y legales.
2. Sin embargo, los apremios del malestar social y del riesgo inminente en que se encuentra el país ante una agresiva administración norteamericana llevan a que la atención se centre en lo inmediato y no en el Derecho. Es claro que mediante el Derecho se puede resistir a Trump y a cualquier otro gobierno falaz o intervencionista, pero se requiere de unidad y consenso para sostener una posición soberana y negociar con éxito. En el largo plazo, el Derecho y la Constitución habrán de prevalecer, si bien en lo inmediato la afectación económica puede ser más sensible.
3. Hacia el 5 de febrero, la conmemoración del Centenario de la Constitución será asumida oficialmente como una efeméride reflexiva, con mirada retrospectiva a lo que los héroes constituyentes gestaron y legaron (lo que sería la perspectiva histórica); en el terreno social, las marchas y el descontento han hecho resurgir el llamado a una nueva Constitución, algo que es un murmullo periódico en algunas organizaciones sociales y partidos políticos.
4. Existe asimismo el sensato planteamiento realizado por el Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM para reordenar la Constitución mediante una redacción más ágil y moderna, dejando a un cuerpo de leyes constitucionales una serie de disposiciones reglamentarias o procedimentales que cruzan el texto actual, sin por ello afectar los contenidos esenciales y los derechos establecidos en la propia Constitución.
5. En la parte académica, lo más relevante de las celebraciones habrá de ser la realización del XIII Congreso Iberoamericano de Derecho Constitucional, en el Palacio de Minería, organizado por el Senado de la República, la UNAM, el Instituto de Investigaciones Jurídicas y el Instituto Iberoamericano de Derecho Constitucional, con el propósito de rendir homenaje a la Constitución en su Centenario y reflexionar acerca del futuro del constitucionalismo en el mundo.
El evento se realizará en el Palacio de Minería en la Ciudad de México del 1 al 3 de febrero próximos; en su Patio Central habrán de realizarse diez mesas temáticas, en las que será posible conocer las actualidades de una pléyade de académicos e intelectuales como Michelangelo Bovero y Luca Mezzetti de Italia, Gilles Gugliemi de Francia, Dieter Nohlen y Armin von Bogdandy de Alemania, Gerardo Eto Cruz y Domingo García Belaúnde del Perú, Marcelo Figueiredo de Brasil, Javier García Fernández y Javier García Roca de España, Jorge Reinaldo Vanossi de Argentina entre muchos otros que habrán de interactuar con numerosos pares mexicanos como Carmen Carmona Lara, Héctor Fix Fierro, Pedro Salazar Ugarte, Diego Valadés, José María Serna de la Garza, Francisca Pou, Irina Cervantes, Eduardo Ferrer McGregor, Edgar Corzo y muchos más, en una verdadera fiesta de la Constitución y la Democracia.